ASÍ TE LA JUEGAS CON UNO DE ESTOS TALLERES

NO TENDRÁS GARANTÍA NI FORMA DE RECLAMAR “Como estos talleres no facilitan factura a sus clientes”, explica Jaime Barea, director jurídico de Ganvam, “estos no contarán con ninguna garantía, pero tampoco con ningún documento que les detalle qué pieza/recambio le han sustituido”. Así las cosas, los clientes “no tendrán ningún mecanismo de reclamación a su alcance”.

NO SABRÁS DE DÓNDE PROVIENEN LOS RECAMBIOS En un taller legal, todos los recambios son nuevos o reconstruidos, salvo que el cliente deje por escrito su autorización para que le monten de desguace -nunca podrán usar estas piezas en los sistemas de seguridad: suspensión, frenado y dirección-. En los talleres ilegales no se garantiza nada de esto, por lo que puedes encontrarte con que monten como recambio una pieza en mal estado o que ni se corresponda con tu vehículo. Y al no proporcionarte factura, no tendrás garantía para esas piezas.

PUEDEN CAUSAR UNA PÉRDIDA DE SEGURIDAD EN TU VEHÍCULO En los talleres legales, se presupone la capacitación de sus operarios, que acuden a cursos de instrucción periódicamente y cuentan con maquinaria especializada. Sin embargo, en los negocios ilegales puede ocurrir que aquel que se encarga de tu coche no haya efectuado nunca esa reparación y/o no sepa cómo realizarla. Eso puede redundar en una falta de seguridad en el vehículo, en el deterioro del mismo o, en el peor de los casos, en un accidente de tráfico causado por una mala reparación.