En conducción
normal el R8 RWS se muestra muy parecido al R8 Quattro, siendo extremadamente rápido, muy ágil, relativamente cómodo para tratarse de un superdeportivo, y exhibiendo un sonido espectacular. A ritmo elevado es cuando se aprecian diferencias, con un eje trasero mucho más vivo que te obliga a ser más cuidadoso con el acelerador. No obstante, sigue siendo bastante sencillo de conducir, en parte porque el control de tracción mitiga instantáneamente cualquier derrapada -y es desconectable-. La dirección ofrece un tacto y una precisión excelentes, mientras que los frenos son potentísimos y muy intuitivos de dosificar.