VW T-ROC 1.0 TSI 115 CV ADVANCE STYLE
CON UN TAMAÑO SIMILAR AL DE UN VW GOLF, EL NUEVO T-ROC ES UN SUV QUE SE SITÚA POR DEBAJO DEL TIGUAN. PROBAMOS SU VERSIÓN DE ACCESO, EQUIPADA CON UN MOTOR 1.0TSI QUE DA MUCHO DE SÍ.
El SUV más asequible de Volkswagen destaca por su imagen, amplitud interior y buen comportamiento; además de por un maletero de 445 l. En cambio, su calidad de acabados está por debajo de lo esperado.
Volkswagen siempre ha tenido una gama muy extensa. Por eso, en cierta forma, llamaba la atención que no hubiese un SUV más pequeño que el Tiguan, un modelo que por precio y tamaño -4,48 m- se sitúa justo por encima de los SUV compactos.
La solución llega con este T-Roc, un SUV de cinco puertas y 4,23 metros de largo que, como ocurre con el Tiguan, también se sitúa a medio camino entre dos segmentos, pues es un poco más grande que un Renault Captur pero más pequeño que, por ejemplo, un Seat Ateca. Además, frente al Tiguan, el T-Roc ofrece una mayor personalidad, gracias a su diseño y a la posibilidad de elegir cosas como la pintura de dos tonos para la carrocería.
Quizá por eso, el T-Roc parece haber tomado elementos tanto del Polo como del Golf. Del primero nos acordaremos en cuanto nos subamos al interior, pues la calidad del T-Roc tiene mucho que ver con la del urbano de la marca. Todo el salpicadero está formado por plásticos duros, materiales que también llegan a los paneles de las puertas. Es cierto que los ajustes son muy buenos, así como el tacto de los mandos, pero uno espera que esos materiales sean los del Golf, un modelo más barato que el T-Roc -el Golf 1.0 TSI equivalente vale 22.780 euros-.
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Del Golf, en cambio, se ha aprovechado la parte mecánica, tanto por la gama de motores como por el empleo de la plataforma MQB. En esta ocasión, hemos optado por la versión de acceso, equipada con el motor 1.0 TSI de 115 CV, un propulsor de tres cilindros so-
brealimentado por un turbo que, a priori, quizá podría parecer algo justo para el T-Roc. Sin embargo, esto no es así. El Golf 1.0 TSI ya ofrece unas prestaciones razonables, y el T-Roc no es mucho más pesado. Mientras que el Golf pesa 1.232 kilos, el T-Roc sube a 1.270 kilos; tampoco es tanto. Así, este último modelo pasa de 0 a 100 km/h en 10,1 segundos, una cifra que unida a la buena respuesta del motor a partir de 2.000 rpm, le permiten moverse a ritmos normales por carreteras de montaña y mantiene cruceros de 120 km/h sin problemas.
Sin embargo, su fuerte no son tanto las prestaciones como el consumo, pues es relativamente fácil moverse en medias reales de entre 6,5 y 7,0 l/100 km, cifras que no están nada mal. Además, no es un motor especialmente ruidoso y, pese a tener sólo tres cilindros, tampoco vibra más de lo esperado.
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Por chasis, este VW T-Roc se muestra un poco más firme y seco que un Golf, algo que que le permite ofrecer un comportamiento en curva casi igual de bueno pese a su mayor altura y peso. El T-Roc es, en líneas generales, noble
y ágil a partes iguales, y no se tarda en coger la suficiente confianza para rodar con seguridad por cualquier carretera. A todo ello también ayuda una dirección precisa y de buen tacto que sigue con fidelidad las instrucciones dadas el volante.
A cambio de esa buena estabilidad, el T-Roc no es tan cómodo como, por ejemplo, el mismo Golf, pues las imperfecciones de la carretera se transmiten a los ocupantes con mayor nitidez. No es que sea un modelo insufrible en un viaje largo, pero no logra ese envidiable equilibrio que sí ofrece el citado Golf.