¿QUÉ PASARÁ ESTE OTOÑO?
● Lo más importante de cara al comprador final de un automóvil es que, a día de hoy, los fabricantes todavía pueden anunciar los valores de consumos y emisiones obtenidos por el NEDC, algo que cambiará a partir del 1 de septiembre de 2018, cuando será obligatorio que dejen de utilizar estas referencias y usen las propias del WLTP. Asimismo, y a partir de esa fecha, no se podrán comercializar en Europa aquellos vehículos que no cumplan la normativa 6c, por lo que es de esperar, en los meses previos, ofertas de las marcas para vender las últimas unidades con motores diésel más antiguos y que, hayan comprobado, no vayan a superar con éxito la prueba del ciclo WLTP y/o la de emisiones RDE.
¿Y EN LOS PRÓXIMOS AÑOS? Podemos inferir, con bastante certeza, algunas consecuencias de la entrada en vigor de la Euro 6c y el ciclo WLTP:
1 Es más que probable un alza en los precios de los vehículos diésel, ya que deberán contar con tecnología más avanzada y cara -por ejemplo, será casi obligatorio contar con catalizadores que usen aditivo Adblue- para superar este ciclo.
2 Asimismo, se reducirá sustancialmente el número de motores diésel de baja cilindrada, ya que, con la inclusión de la citada tecnología, su coste no los hará competitivos frente a los de gasolina; más sencillos y baratos de fabricar.
3 Finalmente, veremos un auge de los cambios automáticos, cada vez con mayor número de marchas; y de los modelos que con hibridación suave -con sistemas eléctricos de 48V, como ya equipan todas las versiones del último Audi A8 y la variante Hybrid Assist del Renault Scénic 1.5 dCi-.
¿El motivo de este
auge? En todos los países de la UE existe, con uno u otro nombre, un impuesto ecológico ligado directamente a las emisiones de CO de los vehículos 2 -en España, el Impuesto de matriculación-. Por ello, los fabricantes buscarán evitar a toda costa que sus modelos pasen a incluirse en un tramo superior de este gravamen... lo que vendrá dado por el incremento de las emisiones de los vehículos que, es de esperar, genere la entrada en vigor del ciclo WLTP.
En un momento dado, y si los fabricantes no ven rentable reducir las emisiones de algunos de sus modelos -los de precio más bajo- con las tecnologías citadas anteriormente, podrían llegar a ajustar a la baja las prestaciones de estos vehículos para que emitan un menor número de partículas contaminantes.