MANTIENE EL DINAMISMO Y GANA EN COMODIDAD
● ELIGE SUSPENSIÓN
De serie, el A 200 incorpora una suspensión trasera con eje torsional y amortiguadores convencionales; estos pueden reemplazarse por unos adaptativos -1.371
euros- que, además, implican un esquema posterior multibrazo -en el anterior Clase A todos equipaban esta configuración-. Hemos probado esta última combinación, que permite elegir entre dos grados de dureza, y el resultado es excelente por relación entre estabilidad y confort; en este último apartado, ha mejorado bastante respecto a su predecesor. ● DIRECCIÓN Y FRENOS, BIEN
No hay cambios relevantes en la dirección, que cuenta con asistencia electromecánica, mientras que los frenos también mantienen los discos delanteros ventilados y traseros macizos. La novedad es que ahora el freno de mano es eléctrico.
● RÁPIDO Y ECONÓMICO
El motor 1.3 de gasolina, con 163 CV, registra unas buenas prestaciones para su potencia -0 a 100 km/h en 8 seg.- y consume poco: la cifra oficial es de 5,3 l/100 km; en condiciones reales es factible bajar de 6,5 l/100 km. Por otra parte, el cambio automático 7G-DCT, la única posibilidad disponible hasta julio, es de nuevo desarrollo y funciona con mayor suavidad y rapidez que en la anterior generación.
● ¿Y EL DIÉSEL?
El Clase A mantiene la mecánica diésel 1.5, aunque su potencia aumenta de 109 CV a 116 CV. Es menos aconsejable que el gasolina: sus prestaciones son bastante inferiores -tarda 2,5 seg. más en el paso de 0 a 100 km/h-, la diferencia de consumo no es grande -gasta 1,1 l/100 km menos- y, sobre todo, la sonoridad y las vibraciones llegan al habitáculo con bastante claridad.