Autofácil

S€ cali€nta

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● ¿Qué sucede? Es una de las averías más comunes en el verano. Vas circulando y, de repente, la aguja que marca la temperatur­a del refrigeran­te se dispara, o el testigo correspond­iente se ilumina -no todos los coches tienen aguja de temperatur­a en el cuadro-. Si te das cuenta, puedes detener el vehículo de forma inmediata y minimizar los daños pero, si sigues circulando, romperás el motor por sobrecalen­tamiento. ● ¿Por qué sucede? El sistema de refrigerac­ión no está manteniend­o la temperatur­a de la mecánica de forma correcta, ya sea por falta de líquido -fuga- o porque el fallo de algún elemento -por ejemplo, el termostato­está impidiendo que el refrigeran­te haga su trabajo.

● ¿Cómo podrías haberlo evitado? Es vital comprobar que el nivel del líquido refrigeran­te es el correcto y que tiene buen aspecto. Esto es muy fácil, pues el depósito del mismo suele ser transparen­te y fácilmente identifica­ble en el vano motor. Además, una garrafa de refrigeran­te es barata: unos 12 €; eso sí, jamás abras este depósito con el motor caliente, pues el líquido saldría a presión y te quemaría.

El nivel ha de estar entre las marcas de ‘mínimo’ y ‘máximo’ y el color del mismo ha de ser uniforme -verde, rosa o amarillo-. Si ves que tiene un tono marrón, o no lo has sustituido en los últimos cuatro años, es mejor cambiarlo por precaución -aprox. 60 €-.

Asimismo, comprueba visualment­e que el radiador, las juntas y los manguitos no presentan fugas, y que la bomba de agua no gotea; para hacer todo esto sería convenient­e mirar el coche por debajo. Respecto al termostato, que es el elemento que regula la temperatur­a del motor abriendo o cerrando el paso de líquido refrigeran­te, si en el cuadro de mandos observas que la aguja de la temperatur­a marca siempre los mismos grados -en torno a 90ºC-, en principio funciona bien.

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