€l motor s€ para
● ¿Qué sucede? Vas circulando y el motor se detiene. Las agujas de cuadro se vienen abajo, todos los testigos se iluminan y te quedas sin dirección asistida.
● ¿Por qué sucede? Es el problema más difícil de diagnosticar a priori, pues puede deberse a multitud de cosas, aunque básicamente podríamos resumirlas en cuatro áreas:
- Problema de lubricación:
El motor estaba funcionando con poco aceite, o lubricante en mal estado, y se ha gripado.
- Problema de distribución: La correa de distribución se ha partido, originado que las piezas sincronizadas por la misma choquen entre sí y se rompan. - Problema eléctrico: La correa de accesorios se ha roto, o bien el alternador o la batería no funcionan bien.
- Problema electrónico: Algún sensor o sistema han fallado.
● ¿Cómo podrías haberlo evitado? Prevenir averías ocasionadas por la lubricación o la distribución es sencillo: cumple a rajatabla el programa de mantenimiento de tu vehículo y comprueba ocasionalmente, mediante la varilla, que el nivel de aceite en el motor es el correcto -que se sitúe entre los niveles ‘mín.’ y ‘máx.’ de la mencionada varilla-. Si hace falta rellenarlo, conviene que lo hagas con el mismo tipo de aceite que hay en el motor.
Evitar la rotura de la correa de servicio también puede lograrse sustituyéndola cuando se indique en el programa de mantenimiento del vehículo, mientras que para cerciorarse de que la batería y el alternador funcionan bien hace falta un voltímetro: conectándolo a los bornes de la batería, debe marcar al menos 12V con el motor apagado y, como mínimo, 13,4V con el propulsor en marcha. No obstante, la mayoría de coches de la actualidad disponen de un testigo que se enciende cuando existe un problema con la batería o el alternador.
Por último, impedir un fallo electrónico fortuito es muy complicado. Lo único que puedes hacer, y no es infalible, es llevar el coche a un taller para que le conecten un equipo de diagnosis profesional que refleje si hay o no algún problema electrónico.