MAZDA CX-3 1.8 SKYACTIVE-D
EL PRIMER RESTYLING DE ESTE TODOCAMINO NO SÓLO INCLUYE CAMBIOS ESTÉTICOS Y MEJORAS TECNOLÓGICAS, SINO TAMBIÉN UN NUEVO MOTOR DIÉSEL.
Además de leves mejoras y los habituales retoques estéticos, el restyling de este SUV urbano incluye la llegada a la gama de un nuevo motor diésel 1.8 con 115 CV para ampliar la oferta mecánica
Desde que llegara al mercado en 2015, el CX-3 se ha convertido en el segundo modelo más vendido de Mazda a nivel global, tan sólo superado por el más grande CX-5. En concreto, un 24% de los clientes de Mazda sale del concesionario conduciendo un CX-3. Ahora, este modelo recibe un primer restyling en el que los cambios estéticos son mínimos, pero que aporta mejoras de confort, insonorización, conectividad y eficiencia. Respecto a esto último, a pesar de que Mazda estima que el 90% de los CX-3 que venda a partir de ahora serán
de gasolina, ha presentado un nuevo motor diésel de 1.8 litros de cilindrada basado en el antiguo 1.5. El nuevo propulsor 1.8 Skyactiv-D desarrolla 115 CV -10 CV más que antes- y, con un consumo de 4,4 L/100 km, logra mantener sus emisiones de CO2 por debajo de 120 g/km: concretamente, 114 g/km.
Por su parte, la gama de motores de gasolina se seguirá componiendo por un propulsor 2.0 Skyactiv-G del que se disgregan dos niveles de
potencia: 121 CV -antes 120 CV- y 150 CV. Ambos han recibido mejoras internas para resultar más eficientes y agradables de usar.
Con todo, el nuevo CX-3 es un SUV urbano que sigue destacando por su gratificante conducción y su completo equipamiento de serie, si bien continúa caracterizándose por un habitáculo que no brilla por amplitud. Si esto último no es un problema, estamos ante una de las mejores alternativas que ofrece este segmento.