Por dentro: diferentes por diseño, similares por calidad
Las diferencias de diseño entre ambos salpicaderos son muy apreciables. Mientras que el Scénic apuesta por uno muy parecido al del Mégane con una distribución más clásica, el C4 opta por llevar al centro del salpicadero la instrumentación, algo que da mayor sensación de amplitud.
● A tu gusto Por eso mismo, la instrumentación del Scénic es más fácil de consultar -y también más clara-, pues no hay que desviar tanto la mirada. En los dos la instrumentación es digital y configurable; en el Renault va unido a los cinco modos de conducción disponibles, algo que no ofrece el C4 SpaceTourer.
● Engorrosos En cuanto a los mandos, los dos optan por una gran pantalla táctil para la mayoría de funciones. En el Scénic se agradece que haya mandos tradicionales para el climatizador; en el C4, la navegación resulta un poco más intuitiva... aunque en ambos casos obliga a prestarle demasiada atención en marcha. ● Por calidad Los dos obtienen buena nota en general por ajustes y su presencia está bastante cuidada. Sin embargo, en el C4 encontramos unos plásticos más duros y menos agradables que los del Renault en zonas como, por ejemplo, la parte inferior de la consola.
● Prácticos Ambos tienen huecos portaobjetos de sobra, pero el Scénic añade guanteras en el suelo de las plazas delanteras -los dos las llevan en el de las traseras- y, por 572 €, una enorme guantera principal y una cajonera central que se desplaza longitudinalmente -además de bandejas tras los asientos delanteros-.