En marcha: más cómodos que deportivos y con un bajo consumo

Por su peso y tamaño, estos dos modelos con motor diésel resultan interesantes si se van a recorrer más de 20.000 km al año. El Kia cuenta con una importante ventaja: emplea un sistema microhíbrido gracias a una red eléctrica de 48V, lo que le permite contar con la etiqueta Eco -el 3008 se conforma con la C-. ● Por motor Aunque tienen casi la misma potencia -130 CV el Peugeot y 136 CV el Kia-, el 3008 se muestra más rápido gracias a su menor peso -1.492 kg en vez de 1.576 kg- y a una mejor respuesta por debajo de 2.000 rpm.

El 3008 también consume menos: su media real ronda los 6 litros/100 km, mientras que en el Sportage asciende a unos 6,5 L/100 km. Por ruido y vibraciones, ambos cumplen sin problema, y los dos recurren a unas cajas de cambio manuales de seis marchas de tacto agradable y buena precisión.

● Por chasis El Kia apuesta por una suspensión trasera de tipo multibrazo más elaborada que el clásico eje torsional con ruedas tiradas de su rival, si bien el resultado es similar en ambos modelos: los dos apuestan principalmente por la comodidad, con unas suspensiones de tarado suave, y una elevada facilidad de conducción, dejando en segundo plano la agilidad o el tacto deportivo que se podría esperar de sus apellidos GT-Line. El terreno predilecto de ambos son las vías rápidas o las secundarias con curvas de amplio radio. Ninguno es especialmente bueno en campo, pero el Sportage puede tener tracción total por 1.500 euros más, más efectivo que el control de tracción Grip Control que ofrece el 3008 por 300 euros más.