Menos gastón y más potente, pero no para ir con prisas
● LA MAYOR NOVEDAD en marcha del Tivoli es el nuevo motor 1.5 Turbo de 163 CV, la única opción de gasolina de la gama.
ANDA BIEN Este motor tiene una buena respuesta desde 2.000 rpm, pero por debajo se muestra excesivamente perezoso. A partir de ahí, sus prestaciones son bastante buenas. Sin ser un 'mechero', gasta algo menos que el anterior 1.6 atmosférico de 128 CV, lo que está muy bien para sus 163 CV. Lo normal es moverse en unos 8 L/100 km reales. Va asociado a un cambio manual de seis marchas con los desarrollos algo largos para mejorar precisamente el consumo. Hay uno automático de seis relaciones por
2.000 euros.
QUÉ HA
PASADO
En el chasis también hay mejoras: los tarados de la suspensión se han suavizado para mejorar la comodidad, se han instalado barras estabilizadoras más gruesas para compensar el posible aumento del balanceo al instalar suspensiones más blandas, se ha revisado la dirección para que ofrezca mejor tacto, y se estrenan unos nuevos soportes de motor hidráulicos para reducir las vibraciones. El resultado es bueno tanto por la ganancia en comodidad como por la baja presencia de vibraciones.
Además, el Tivoli también se muestra aplomado en vías rápidas y fácil de conducir en zonas más lentas si se va con tranquilidad. Sin embargo, si se fuerza el ritmo, el control de estabilidad se muestra excesiva e irritantemente intrusivo, actuando sin ningún motivo en zonas y situaciones de nuestras pruebas habituales donde nunca nos había actuado el ESP. El tacto de la dirección, que tiene dos niveles de dureza -Normal y Sport-, sigue siendo un tanto artificial.