A FONDO AUDI Q3 SPORTBACK 35 TDI S-TRONIC
El Q3 Sportback más barato es el 35 TFSI 150 gasolina, pero sólo cuesta 1.470 menos que este 35 TDI €
SPORTBACK ES EL APELLIDO QUE UTILIZA AUDI PARA DEFINIR A ALGUNAS VARIANTES DE DETERMINADOS MODELOS. EN EL CASO DEL Q3, ESTAMOS ANTE UN SUV COUPÉ QUE RIVALIZA CON EL BMW X2.
Dicen los expertos que, en breve, dos de cada tres coches que se vendan a particulares en España van a ser SUV’s, en alguna de las múltiples versiones que ya se comercializan. Los hay pequeños como un Suzuki Ignis, urbanos como un Renault Captur, medianos como un Peugeot 3008, grandes como un Seat Tarraco, más grandes como un BMW X7… y, por si fuera poco, hay versiones ‘SUVarizadas’ de turismos normales como los Active de Ford, y no contentos con eso, también los hay con aspecto coupé.
Y es ahí precisamente donde se encuadra el Audi Q3 Sportback de esta prueba, que no es otra cosa que un Q3 con una luneta trasera más tendida que le da cierto aspecto deportivo y, para muchos, más personal y atractivo, a costa de un menor espacio detrás. Además, lleva de serie una suspensión más firme. Y tiene un precio más ‘exclusivo’, pues cuesta 2.850 más
€ que un Q3 normal equivalente.
Ese es, en pocas palabras, el resumen del modelo que traemos este mes a nuestras páginas. Mide 4,50 m, sólo 2 cm más que el Q3 y un tamaño que le sitúa entre los SUV compactos más largos. En el interior, y quitando la merma en las plazas traseras,
el Q3 Sportback no pierde nada frente al Q3. En el puesto de conducción, donde se mantiene la buena postura al volante, descubrimos un salpicadero con una calidad sobresaliente; sin duda, de lo mejor de su segmento. El único pero lo encontramos al hablar de la ergonomía, pues la desaparición de los mandos del anterior Q3 a favor de tanta pantalla táctil genera más distracciones para el conductor -un virus que por desgracia afecta a todos los demás Audi y, también, a casi todas las marcas-.
Por motor, las diferencias entre el Q3 y el Q3 Sportback son inexistentes. En el caso de esta prueba, el 35 TDI lleva el propulsor 2.0 TDI de 150 CV asociado a un cambio automático de doble embrague y siete relaciones. Es un motor que destaca por ser muy agradable, pues es suave, apenas vibra y suena poco, y su respuesta es extremadamente progresiva. Y lo mismo se puede decir del cambio DSG, que también obtiene mejor nota por la suavidad al pasar de una marcha a otra que por la rapidez que sí tenían las primeras cajas DSG. El resultado es, por tanto, un motor mejor por el agrado de conducción que por las prestaciones puras, y tanto es así que hasta se le puede achacar cierta falta de contundencia comparado con los antiguos TDI. Sin embargo, sus prestaciones son
correctas para un coche de esa potencia y un considerable peso de 1.655 kilos, pues tarda 9,3 segundos en pasar de 0 a 100 km/h. Donde este 35 TDI sobresale también es en consumo, que en la práctica se sitúa entre 6,5 y 7 L/100 km reales, una cifra más que razonable para la citada relación peso-potencia.
En cuanto al chasis, la gran diferencia de este Q3 Sportback frente al Q3 normal está en la suspensión, que es más firme con el objetivo de aportar un tacto de conducción más deportivo y un mayor control de los movimientos de la carrocería.
Sin embargo, en la práctica y frente a la del Q3 normal, resta comodidad y provoca unos movimientos más secos al pisar las irregularidades el terreno, por lo que este Sportback se muestra más impreciso y menos efectivo. La buena noticia es que, sin sobrecoste, se puede pedir a fábrica con la misma suspensión del Q3 normal, más equilibrada y acorde con el planteamiento de este 35 TDI S-Tronic. Porque, con ella, el Q3 es un modelo mucho más cómodo y, al tiempo, fácil de conducir, con una dirección directa y precisa y unas reacciones muy neutras y nobles.