CÓMO ES EL COCHE
■ Se llama Odyssey 21 y está construido por Spark Racing Technology, mismo fabricante que desarrolla el monoplaza de la Fórmula E. Se trata de un concepto similar al de los buggies de dos ruedas motrices y motor de gasolina, pero el Odyssey 21 tiene tracción a las cuatro ruedas y propulsión 100 % eléctrica. Cuenta con un chasis tubular sobre el que se sustenta una carrocería de fibra de 4,40 metros de largo, 2,30 m de ancho y 1,86 m de alto. La suspensión está formada por un conjunto amortiguador-muelle por rueda y dispone de múltiples ajustes. En total pesa 1.650 kg, la altura libre al suelo es de
45 cm y los neumáticos de tacos están suministrados por Continental. Respecto al motor, Spark Racing Technology partió de dos unidades de los propulsores utilizados en la Fórmula E, situando uno sobre cada eje. Van asistidos por un paquete de baterías de iones-litio que permite disponer de una potencia de 550 CV y de un par de
920 Nm. La velocidad máxima se cifra en 200 km/h, puede alcanzar 100 km/h desde parado en 4,5 segundos y supera pendientes de hasta 53 grados. La batería, fabricada por Williams, se ubica tras los asientos, tiene una capacidad de un poco más de 50 kWh y pesa un total de, estructura de sujeción incluida, 400 kg.
La suspensión y la distribución de fuerza entre los dos ejes son los dos aspectos principales que los equipos pueden ajustar para intentar dar con el coche más competitivo.