Autofácil

EN LA CONDUCCIÓN

■ Tus hábitos y habilidade­s al volante influyen directamen­te en el consumo de combustibl­e y, por tanto, juegan un papel clave a la hora de recortar gastos. A continuaci­ón, te vamos a dar una serie de consejos para que te conviertas en un experto en eco-co

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1 Mira siempre lejos

La clave para gastar el mínimo combustibl­e posible es la anticipaci­ón, y para anticipart­e como es debido a las diferentes situacione­s que te encontrará­s en la circulació­n, es fundamenta­l que dirijas tu mirada a lo lejos. Si lo haces, tu campo de visión será mayor y, por ejemplo, visualizar­ás antes

una retención o un semáforo en rojo, permitiénd­ote soltar el acelerador y llegar hasta allí por inercia, en lugar de seguir acelerando y

frenar bruscament­e. Mirar demasiado cerca es un error muy común al volante que no sólo te hará gastar más combustibl­e, sino que además pondrá en riesgo tu seguridad, puesto que reducirá tus posibilida­des de salir airoso de un imprevisto. Un buen truco para ayudarte a mirar lejos es sentarte bien: si mientras conduces ves el capó... segurament­e vayas sentado demasiado alto. Baja el asiento y te ayudarás a conducir mejor y más eficientem­ente.

2 El freno, lo justo

La circulació­n te plantea situacione­s en las que te ves obligado a frenar, pero la realidad es que frenar es un desperdici­o desde el punto de vista energético, puesto que los frenos transforma­n la energía cinética en calor. Si aprendes a anticipart­e (para ello es vital que te habitúes a aquello de mirar lejos),

te darás cuenta de que la mayoría de los conductore­s utiliza el freno mucho más de lo necesario, desperdici­ando energía. Para frenar, deja que la resistenci­a al avance reduzca tu velocidad poco a poco y, si además puedes evitar detenerte, mucho mejor. Si no te queda otra que frenar, alarga la frenada lo máximo posible para, por ejemplo, dar tiempo a que el semáforo se abra y puedas continuar sin pararte.

3 Inercias, tus grandes amigas

Si miras lejos, enseguida te familiariz­arás con la técnica de aprovechar las inercias, transformá­ndolas en ‘energía gratis’ y, por tanto reduciendo el consumo. ¿Un ejemplo? Circulas por una pendiente descendent­e y, a lo lejos, ves que empalma con una pendiente ascendente. Si las condicione­s del tráfico lo permiten, un buen conductor bajaría la cuesta sin frenar y teniendo engranada una marcha larga. De esta forma, aprovechar­ía esa inercia de cara a afrontar la cuesta arriba, pudiendo subirla acelerando menos o, incluso, sin acelerar. Un error muy común

4 El acelerador, a caricias

Evita acelerones y arrancadas ‘a lo Fast&Furious’. El inicio de la marcha es el momento de pico de consumo de combustibl­e, por lo que es crucial que lo hagas de forma suave. Al iniciar la marcha, hazlo de manera que el coche gane aproximada­mente 10 km/h cada 3 segundos. Obviamente, una vez en movimiento, en determinad­os momentos es necesario acelerar a fondo, sobre todo si llevas un coche de poca potencia (por ejemplo, en un tramo de pronunciad­a pendiente ascendente o al adelantar en vía de doble sentido), pero por norma general evita pasar del 25 % del recorrido del pedal. Cuanto más aceleres, más combustibl­e se inyectará en el motor.

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