La situación del sector eléctrico.
Casi el 60% de toda la capacidad de generación eléctrica nueva en 2040 provendrá de las renovables y, para 2040, la mayor parte de esta generación eléctrica será competitiva sin subvención alguna. El consumidor piensa ahora de otra manera y está cambiando
El sector energético evoluciona hacia un mercado mucho más abierto y competitivo. Hay una serie de megatendencias que impulsan esta transformación, como los avances tecnológicos, el cambio climático, la escasez de recursos, los cambios demográficos, el crecimiento de las ciudades, etc. El consumidor piensa ahora de otra manera y está cambiando sus hábitos de consumo, las energías limpias tienen y tendrán mucho más protagonismo y, sobre todo, el hacer un uso más eficiente de la energía es ahora la prioridad número 1. Todo ello está produciendo un cambio en los modelos de negocio de las compañías energéticas.
¿Qué aspectos son los verdaderos impulsores de estos cambios? En muchos países se apunta a la nueva regulación, como en Europa, pero por ejemplo en EE.UU. muchos aseguran que será el nuevo comportamiento de los clientes. Hay preocupación por la incertidumbre que pueden generar los cambios regulatorios en la industria y por las dificultades que encuentren a la hora de atraer inversiones.
El protagonismo de los consumidores en el nuevo modelo se incrementará. Será necesario mejorar su satisfacción con el servicio, desarrollando el marco para su participación en la gestión de la demanda y en el autoconsumo, revisando su estructura de tarifas
y luchando de manera más efectiva contra la pobreza energética y el fraude.
Será clave el papel que jugarán las redes eléctricas en la configuración del nuevo modelo energético, lo que requerirá desarrollar nuevos criterios para su planificación, su gestión a nivel local y su interconexión con otros países.
Además, ganarán peso otros riesgos, como los ciberataques, el precio y suministro de los combustibles,
las interrupciones del suministro, y el aumento de la contaminación y las emisiones. Aspectos como el incremento de la generación eléctrica descentralizada preocupan a las “utilities” que temen convertirse en proveedores de energía de respaldo.
Estamos ante un nuevo modelo energético que es imparable y afectará mucho a todo lo relacionado con las denominadas “smart cities”. Como botón de muestra
podemos citar los contadores inteligentes que ya tratamos en un número anterior de la revista.
Según el escenario principal del último informe de la IEA (Word Energy Outlook 2016) se necesita una inversión acumulada de 44.000 millones de dólares en el suministro energético mundial, de la que un 60% se destine a la extracción y el suministro de petróleo, gas y carbón –incluidas las plantas eléctricas que usan dichos combustibles–, y casi un 20% a las energías renovables. Se requieren 23.000 millones de dólares adicionales para mejorar la eficiencia energética.
Según dicho informe, la electricidad registrará una proporción cada vez mayor del crecimiento del consumo energético final: en 2040 la electricidad representará el 40% del consumo adicional, frente a poco más de un cuarto durante los últimos 25 años. Casi el 60% de toda la capacidad de generación eléctrica nueva en 2040 provendrá de las renovables y, para 2040, la mayor parte de esta generación eléctrica será competitiva sin subvención alguna.
La cadena de la energía y sus actores
Los actores principales de la cadena de la energía son los siguientes:
Los productores de combustibles, es decir, las compañías de oil &gas que extraen el petróleo y gas del subsuelo (Shell, BP, Exxon-mobil, Total, Aramco, Repsol, etc.), así como las mineras de carbón. En inglés esta fase se conoce como “Upstream”.
Los gestores del transporte, almacenamiento y procesamiento de los combustibles, es decir, lo que se denomina el “Midstream” (transporte) y “Downstream” (refino). En el caso de España se incluyen aquí las Plantas de Regasificación (transforman el gas licuado en gas natural), las Refinerías, las redes de oleoductos y almacenamiento de combustibles líquidos (gestionado por CLH) y las redes de gasoductos (en un alto porcentaje gestionado por Enagas).
Los generadores de electricidad, es decir, las centrales de producción de combustibles fósiles (Térmicas de Carbón, Ciclos Combinados de Gas, Unidades de Cogeneración, etc.), nucleares o renovables (Parques Eólicos, Centrales Fotovoltaicas y Termosolares, Hidroeléctricas, etc.). Los principales actores son las grandes empresas eléctricas como Iberdrola, Enel-endesa, Gas Natural, EDF, etc., aunque también hay medianos y pequeños generadores.
El gestor de la red de transmisión, es decir, las infraestructuras eléctricas que componen la red de transporte en alta tensión. El número de gestores depende de cada país. En el caso de España es único
(Red Eléctrica Española, con tensiones entre 110 y 400 kv). El gestor entrega la energía a las subestaciones de media tensión.
Los distribuidores de electricidad, es decir, las subestaciones de media tensión y la red de distribución hasta los consumidores finales (cables, centros de transformación, acometidas, contadores, etc.) Las subestaciones de MT están en zonas más próximas a los consumidores y transforman la tensión según el tipo de consumidor (entre 110 y 380V para uso doméstico, y tensiones mayores para la industria). En España hay actores grandes como las filiales de distribución de las grandes empresas eléctricas (Endesa, Iberdrola, Gas Natural, EDP, E-on) y muchos otros de menor tamaño. Por temas de coste y eficiencia no es normal que en una misma zona haya más de una distribuidora.
Las comercializadoras de electricidad, es decir, las encargadas de comprar la electricidad en el mercado eléctrico o bien de llegar a acuerdos bilaterales con los generadores para conseguir la energía y después vendérsela a los clientes finales.
Datos sobre la situación actual y previsiones de futuro
➤El consumo global de energía primaria ha crecido una
media del 2,2% anual en el periodo 1971-2013, reflejando un fuerte crecimiento en Asia (4,6% anual) y muy inferior en Europa y EEUU (0,8% anual). ➤En los países de la IEA (International Energy Agency) los dos sectores que lideran el consumo energético son el transporte (35%) y la manufactura (23%). ➤En la UE28 y EEUU el crecimiento en el consumo de energía en el periodo 1980-2010 lo han liderado el transporte y los servicios. ➤Las emisiones en la UE en el periodo 1990-2013 han caído un 19%, aunque este valor varía mucho de unos países a otros.
Mostramos algunas de las conclusiones del estudio de la Comisión Europea “EU Reference Scenario 2016 – Trends to 2050”:
Fig 6: Generación de eletrcidad según la fuente de energía (prevision 2005 – 2050)
A pesar de la disminución esperada de la producción de combustibles fósiles de la UE, las importaciones netas bajarán, pero las dependencias de las importaciones de la UE aumentarán lentamente hasta el 2030. Esto se debe principalmente a la mayor proporción de fuentes de energía renovable (RES) y a las mejoras significativas en la eficiencia energética, mientras que la producción nuclear se mantiene estable.
El “mix” de generación eléctrica de la UE cambiará considerablemente a favor de las energías renovables. El gas mantiene su papel en el “mix” de generación eléctrica en 2030, a niveles ligeramente superiores en comparación con 2015, pero otros combustibles fósiles verán disminuir su participación.
En la UE habrá importantes mejoras en la eficiencia energética, impulsadas principalmente por políticas hasta el 2020 y después por las tendencias de mercado / tecnología. La demanda de energía primaria y el PIB seguirán disociándose.
La descarbonización del sistema energético avanza, pero no llega a un consenso más a largo plazo. Se estima que en 2020 las emisiones totales estarán un 26% por debajo de las de 1990, un 35% menos en 2030 y un 48% en 2050. La proporción de energías renovables en el “mix” seguirá creciendo, pasando del 21% en 2020, al 24% en 2030 y 31% en 2050.
Las emisiones que no son de CO2 disminuyen hasta 2030, aún más que las emisiones de CO2, un 29% por debajo de los niveles de 2005 (-46% en comparación con los niveles de 1990).
Los gastos de inversión relacionados con la energía aumentan sustancialmente hasta 2020, impulsados por desarrollos en renovables y eficiencia energética. Los costos totales del sistema energético aumentan del 11,2% del PIB de la UE en 2015 a aproximadamente el 12,3% del PIB de la UE en 2020, debido también al previsible aumento de los precios de los combustibles fósiles que se estima se estabilicen del 2020 al 2030, para disminuir a partir de entonces.
El sector energético evoluciona hacia un mercado mucho más abierto y competitivo. Hay una serie de megatendencias que impulsan esta transformación