MARC GENÉ ACEPTÓ EL RETO DE BATIR EL RÉCORD DE NUESTRA PISTA
Parte de la historia y la leyenda de un circuito viene marcada por el nivel de coches y de pilotos que pasan por ella. En nuestras modestas instalaciones del Inta somos nosotros, los probadores de AUTOMÓVIL, los que hacemos el «paisaje» en el día a día. Pero poco a poco son más los pilotos de renombre que se han interesado por rodar en este trazado y, como no, intentar batir el récord. No hace muchos años Carlos Sainz volvió a su pasado rodando por este circuito con su Seat Panda Grupo A rescatado por el departamento de Seat Classic con el que el piloto madrileño comenzó su andadura en los rallyes. Pero otro momento cumbre llegó cuando Jordi Gené se interesó por intentar batir el récord de la pista con un Seat León Cupra Performance Pack. El piloto catalán había sido el encargado de poner a punto esta versión en el circuito de Nurburgring y estaba seguro que podría colocar a este compacto entre los mejores de nuestro ranking. Yo creo que venía con la intención de ganar a todos, incluidos a los superdeportivos que ostentan el récord desde siempre, pero se tuvo que conformar con ser el más rápido entre los tracción delantera y colocarse en una posición muy alta en el ranking. En la actualidad, después de casi 500 coches probados, el tiempo del Seat León Cupra PP conducido por Gené todavía está situado entre los 20 primeros con un registro de 1´8´´55.
Estamos seguros que Jordi comentó en casa su gesta y su hermano Marc tomó nota. Porque casi cuatro años después el piloto probador de Ferrari en la F1 y piloto oficial de Nissan Nismo aceptó el reto de batir el récord en nuestra pista. Sin duda son retos complicados de aceptar porque no conoce la pista y hay poco que ganar para un piloto de su nivel y de su prestigio. Pero como piloto oficial de Nissan, Marc estaba seguro de que la nueva evolución del GT-R preparado por Nismo estaba en disposición de batir el récord absoluto.
Así que concertamos una cita nada más terminar la temporada de F1. Concretamente después del G.P. de Abu Dhabi. Un avión directo desde allí plantó al piloto catalán en el aeropuerto de Madrid, muy cerca de nuestras instalaciones donde íbamos a intentar batir el récord. Venía de dormir poco por el madrugón para coger el avión, pero como siempre, Marc estaba espléndido y encantador. Se le notaba con ganas de aceptar el reto y nunca se lo tomó como un «marrón» impuesto por sus obligaciones con la marca. Todo lo contrario. La sensación que transmitía era de ilusión por intentar algo diferente.
Nada más llegar había que realizar la primera toma de contacto y yo, como anfitrión, me encargué de enseñarle el circuito. Él había confesado que había buscado en Internet información de la pista pero que no había