EL GTI PERFECTO
Lo primero que llama la atención del Type R es su impresionante aspecto exterior. El modelo de la generación anterior era ya un coche sumamente llamativo, pero el nuevo Type R lo es todavía más. Como decíamos al principio, por su aspecto podría pasar por el de un coche del Campeonato Mundial de Turismos homologado para andar por carretera; para bien, o para mal, a los mandos es imposible pasar desapercibido, pero no cabe duda que es uno de los grandes activos del coche. Y es que la espectacularidad está más que justificada en esta categoría de automóviles, pero el Type R va dos pasos por delante de la competencia en este apartado, lo que para algunos puede resultar un tanto excesivo; no hay término medio, o te encanta o te espanta.
De todas formas en este sentido conviene apuntar que no es simple maquillaje, ni tiene nada que ver con el Tuning, cada alerón, cada aditamento aerodinámico, por pequeño que sea, se ha estudiado a fondo en el túnel del viento para conseguir la máxima eficacia desde el punto de vista dinámico.
La carrocería del nuevo Civic ha crecido 15 cm con respecto al anterior Type R, también es algo más ancha y ligeramente más baja, mientras
que la distancia entre ejes aumenta en 10,5 cm; gracias a ello se convierte en uno de los compactos GTI más voluminosos de su categoría, también en el más amplio y habitable, una apartado que ha mejorado de forma espectacular.
El nuevo Type R mantiene el afinadísimo motor 2 litros turboalimentado de la generación anterior, pero gracias a ligeros retoques en la gestión electrónica, la potencia máxima aumenta 10 CV para alcanzar 320 CV, mientras que el par se mantiene en 400 Nm. Se trata, por tanto, del motor más potente de su clase, sólo superado por el del Focus RS, si bien conviene recordar que este cuenta con una cilindrada superior. El nuevo Type R mantiene asimismo la caja manual de seis marchas con diferencial autoblocante mecánico del modelo precedente, pero se ha mejorado el funcionamiento del selector para conseguir mayor rapidez y precisión, también dispone de un sistema que hace las veces de punta-tacón a la hora de reducir. Del modelo anterior también se mantiene el potente equipo de frenos Brembo, si bien en este caso se ha escogido un calzado más radical; se montan espectaculares llantas, nada menos que de 20” en lugar de 19”, mientras que los neumáticos 235/35/19 dejan paso a unos 245/30/20.
El nuevo monocasco además de aumentar la distancia entre ejes, también es un 52% más rígido, pero lo más importante es que la suspensión trasera de ruedas tiradas deja paso a un esquema multibrazo mucho más refinado en cuanto a concepción. Se mantienen los amortiguadores pilotados, pero en este caso se dispone de tres modos de funcionamiento en lugar de tres y que se escogen en función del programa de conducción elegido, variando también el tarado de la dirección, la respuesta del acelerador y el funcionamiento de las ayudas a la conducción.
A los mandos el Type R ofrece una excelente disposición y se cuenta además con unos asientos de configuración muy deportiva, que resultan especialmente confortables. El cuatro cilindros turbo cobra vida nada más pulsar la puesta en marcha, emitiendo un sonido que pone de manifiesto sus intenciones, bien es verdad que no resulta demasiado estridente. Extraordinario el tacto del cambio de marchas; recorridos muy cortos, gran precisión y pomo en aluminio, incitan a manejar la palanca muchas veces por el simple placer. Basta acariciar el pedal del acelerador, para comprobar la extraordinaria respuesta del 2 litros turbo. Espectacular respuesta en todo momento, incluso a bajo y medio régimen; mejor incluso su capacidad para recuperarse desde abajo, mientras que en la parte alta del cuentavueltas se estira con total facilidad, con un empuje siempre muy constante hasta 6.800 rpm, bien es verdad que en el banco de rodillos la potencia máxima se alcanza a tan sólo 5.600 rpm.
Las relaciones del cambio ponen todo de su parte para conseguir un nivel prestacional de
primer nivel, como se puede comprobar por los datos obtenidos en el Centro Técnico. Aunque el peso total del conjunto es prácticamente el mismo que el del modelo precedente, las cifras de prestaciones son idénticas, décima arriba o abajo. En este apartado se sitúa prácticamente el nivel del León Cupra R, pero se ve superado por el Focus RS.
En lo que sí ha mejorado notablemente el Type R es en lo que a polivalencia respecta. Y es que no sólo es bastante más amplio y habitable, como se comentaba anteriormente, gracias a la mayor distancia entre ejes y a una nueva suspensión multibrazo trasera, las suspensiones ofrecen una capacidad de absorción muy superior, sobre todo en el modo Confort y eso a pesar de que los neumáticos de perfil 30 montados sobre llantas de 20” no ayudan demasiado en este sentido. El Type R es, por tanto, un vehículo que admite de buen grado manejarlo a diario y resulta también bastante apropiado a la hora de realizar viajes de largo recorrido, tanto o más que el polivalente Seat Leon Cupra, ya que incluso el consumo a velocidades legales no resulta en absoluto disparatado.
De todas formas este es un aspecto que pasa a un segundo plano cuando se conduce, ya que la tentación de pisar el acelerador sin contemplaciones resulta inevitable. El Type R invita a ello en todo momento, ya que además el bastidor puede presumir de una envidiable puesta a punto. El coche enlaza los virajes con una facilidad y precisión superlativa, también es muy estable a alta velocidad. Las curvas más veloces se pueden atacar con total confianza y determinación, ya que el coche va siempre por donde uno quiere y el límite de adherencia es altísimo; desde luego la mayor distancia entre ejes y a la nueva suspensión trasera ofrecen resultados milagrosos y no es que el modelo de la generación anterior resultara inquieto, pero sí más nervioso.
En trazados más sinuosos, como el del circuito AUTOMOVIL, no resulta sin embargo más eficaz. Al ir más sujeto el tren trasero, no es tan ágil en la parte más ratonera del trazado, pero se muestra igualmente muy eficaz, dado que enlaza una curva con otra con total maestría, sin apenas subviraje y transmitiendo cada caballo al suelo con bastante solvencia gracias a la acción del autoblocante mecánico. Pero donde más se gana es en los giros más veloces, donde impone mucha más tranquilidad y confianza. A la hora de parar se puede comprobar que se pierden tres décimas con respecto al modelo anterior, pero lo que no cabe duda es que se gana mucho en facilidad de pilotaje y confianza. En un circuito más veloz la eficacia del nuevo Type R seguro que es determinante, como seha demostrado en viejo Nurburgring donde rebajaba el tiempo del modelo precedente en 7 segundos para parar el cronómetro en 7 minutos 43 minutos 8 segundos.
El equipo de frenos pone todo de su parte para exprimir al Type R sin ningún tipo de limitaciones, ya que el sistema además de muy potente, es inasequible al desaliento.
No cabe duda que el avance que ha experimentado el nuevo Type R en eficacia es muy importante, sobre todo en los trazados más veloces donde la mayor distancia entre ejes y el tren trasero multibrazo, resultan determinantes. Las ventajas sin si cabe tanto o más importantes desde el punto de vista del confort y convierten al Civic o en uno de los GTI más eficaces de su clase, posiblemente el más deportivo por planteamiento, pero curiosamente es también uno de los más polivalentes.