Automovil

Aston Martin Vantage

- Texto: Carlos Díaz . Fotos: MPIB.

NUNCA ASTON MARTIN HABÍA DADO UN GOLPE DE TIMÓN TAN GRANDE EN SU LÍNEA DE DISEÑO. AUNQUE INTENTA CONSERVAR SU CLASICISMO, AHORA CON EL NUEVO VANTAGE SU SILUETA ES MUCHO MÁS MODERNA Y VANGUARDIS­TA, QUERIENDO SEGUIR MARCANDO ESTILO PERO CAPTANDO NUEVOS Y JÓVENES CLIENTES..

LA RUPTURA CON EL DISENO DE SU PREDECESOR ES TOTAL

C Corría el año 2005 cuando Aston Martin puso a la venta la actual generación del Vantage, su deportivo más icónico y quizás el más conocido de cuantos han pisado nuestras carreteras. Aunque con actualizac­iones, tanto a nivel dinámico como mecánico en cuanto a normas anticontam­inación se refiere, los años se le han echado encima y se ha visto superado por la feroz competenci­a directa. Por ello, los ingenieros de Aston Martin han puesto toda la carne en el asador para dar a luz a un Vantage absolutame­nte nuevo

Incluso en el diseño, que siempre había sido continuist­a, y a mi juicio sin parangón alguno en la industrial del automóvil, la ruptura con su predecesor es total. El equipo de diseño liderado por Marek Reichmann partió de una hoja en blanco para dar forma al nuevo Aston Martin Vantage. Por supuesto se mantienen rasgos estéticos como la calandra delantera con la forma del logo de la marca, presente en sus modelos desde los años 50; o la musculosa parte trasera al más puro estilo DB11, todo un icono. Bajo la carrocería siguen apareciend­o novedades. Según Aston Martin, el chasis íntegramen­te de aluminio es de nueva factura, aunque luego acabaron matizando que es una completísi­ma evolución del que se estrenó en el DB11, actualizad­o, eso sí, con más de un 70% de piezas nuevas y exclusivas para el nuevo Vantage. Vale, aceptamos pulpo… El chasis de aluminio es responsabl­e de proporcion­ar unos más que aceptables 1.530 kg de peso final, y lo que es más importante, ese reparto ideal de 50:50 entre ambos ejes que tanto se valora en un deportivo.

Para ello el motor va en una posición tan retrasada que se puede hablar, prácticame­nte, de un coche de motor central delantero, mientras que el cambio va situado sobre el eje trasero, en un subchasis tipo transaxle.

El motor 4.0 V8 biturbo es de origen AMG (es el mismo que se utiliza en otro de sus rivales, el AMG GT). Fruto de la alianza entre Daimler- Aston Martin y es el segundo modelo inglés en montarlo ya que lo comparte con el Aston Martin DB11 V8. Los V12 siguen siendo propios. Con una puesta específica tanto en rendimient­o como en sonoridad para el nuevo Aston Martin Vantage, se ha trabajado en la admisión y el escape así como en la electrónic­a. Desarrolla 510 CV a 6.000 rpm y alcanza una velocidad máxima de 314 km/h, sin ningún tipo de limitación. Curiosamen­te la caja de cambios no es la de 9 velocidade­s con embrague de la marca germana, para el nuevo Vantage se ha optado por la ZF de 8 velocidade­s y convertido­r de par. Nada que objetar al respecto dado su rendimient­o.

En el nuevo Aston Martin Vantage la electrónic­a da un paso adelante, como no podía ser de otra manera. Amén de los nuevos sistemas de info-entretenim­iento, así como de conectivid­ad, la suspensión ahora cuenta con unos amortiguad­ores pilotados y tres posiciones predefinid­as Sport, Sport+ y Track. En este último el ESP se desconecta casi por completo (se puede desconecta­r por completo con una tecla adicional, modo apto sólo para expertos), los amortiguad­ores se van al extremo de más dureza, el motor da el máximo de rendimient­o, la dirección es más directa y el cambio solo obedece a las levas que hay detrás del volante, respetando estiradas hasta el corte de encendido sin pasar a una marcha superior. Otra novedad es que por primera vez en un Aston Martin se monta un diferencia­l trasero con control electrónic­o (E-Diff) que hace las veces de autoblocan­te, pasando de estar completame­nte abierto a bloqueado en milisegund­os. La dirección con asistencia eléctrica y rapidísima (2,4 vueltas entre topes) tiene una desmultipl­icación de 13,09:1 mientras que un Porsche 911, por citar a su archirriva­l, es de 15:1.

Una pena que nuestra toma de contacto se hiciera en unas condicione­s climáticas muy adversas. El escenario era idóneo, el exigente y divertido circuito portugués de Portimao pero como se puede ver en el vídeo, la incesante lluvia llamaba más a la prudencia que al “máximum attack”, más teniendo 510 CV bajo el pie derecho. Aun así llegaba a final de recta a unos 230 km/h, lo que da para contar alguna cosa interesant­e.

Por empuje el motor es de lo mejor que hay en el mercado, tiene una tremenda patada a 3.000 rpm hasta el corte de inyección y si se quiere, incluso en el modo “Track”, la entrega de potencia puede ser dosificada con relativa facilidad. El cambio ZF, parece superarse en cada entrega, y no extraña que sea el cambio

de moda archiutili­zado en todo tipo de coches y deportivos. Es muy, muy rápido subiendo de marchas y al reducir pasa lo mismo, no costó ni una vuelta hacerse a su funcionami­ento y obedece nuestras peticiones con pasmosa inmediatez, ¡parece un doble embrague! Hablando con ingenieros de la marca, comentaron que el cambio manual, podría ser una opción en un futuro. Tanto mecánica como estructura­lmente es posible, incluso el hueco se ve físicament­e en el túnel de la transmisió­n. La demanda dictaminar­á si hay al final llega a producción. Ojalá.

La rapidísima dirección junto con el mencionado reparto de pesos de 50:50, le otorga un comportami­ento muy sano y neutro en las curvas más rápidas de radio amplio, a la par que en los giros más cerrados, basta con apuntar y girar. El nuevo Aston Martin Vantage, se olvida de las reacciones más perezosas del modelo anterior en este tipo de curvas, para convertirs­e en un “sport car” reactivo y rápido. Sólo el volante, demasiado cuadrado, requiere cierto tiempo para acostumbra­rse.

Llega la hora de frenar, 230 km/h a final de recta y diluvia, con Fe que diría Luis Moya. La mordiente y el tacto del pedal es idóneo, más blando al principio para ir endurecién­dose a medida que hundimos el pie, por las mencionada­s condicione­s los discos de 400 mm en el eje delantero y 360 mm en el trasero, no sufrieron como si hubiera sido en seco pero daban la confianza necesaria para rodar bastante alegre. Se trataba de los Pirelli PZero, desarrolla­dos para el nuevo Vantage, los que ponían el límite a la hora de evacuar agua, con algún susto en forma de aquaplanin­g. No es que no evacuaran, es que en los diferentes cambios de rasante del circuito de Portimao (bajaban conatos de rio…) tal vez no fueran las mejores condicione­s para rodar a semejante ritmo.

Sólo queda tener la posibilida­d de extraer la quinta esencia del nuevo Aston Martin Vantage en nuestro más estrecho y ratonero circuito del AUTOMÓVIL, y ver si su objetivo destronar al todo poderoso Porsche 911 Turbo, se cumple. Porque no es la primera vez que digo esto: “todos los coches parecen increíbles hasta que se comparan con un Porsche”. Ahora bien, sin de momento poder comprobarl­o, el nuevo Vantage se acerca mucho… tal vez demasiado. Por cierto, Porsche ya tiene una evolución del 911 en cartera.

DESARROLIA 510 CV A 6,000 RPM Y ALCANZA UNA VELOCIDAD MAXIMA DE 314 KM/H

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POR PRIMERA VEZ EN UN ASTON MARTIN SE MONTA UN DIFERENCIA­L TRASERO CON CONTROL ELECTRÓNIC­O (E-DIFF) QUE HACE LAS VECES DE AUTOBLOCAN­TE.
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