Vía rápida
&n los últimos tiempos he tenido ocasión de conducir varios automóviles eléctricos, también algunos híbridos de tipo enchufable Plug-In. Aunque en nuestra revista lo que priman son los deportivos y los coches de altas prestaciones, tenía curiosidad por ver lo que ofrece el mercado y las posibilidades reales de estas tecnologías, tan en boga en los últimos tiempos. Porque una cosa es la que nos cuentan y otra muy distinta, lo que podemos experimentar de primera mano.
Los coches eléctricos llevan ya tiempo en el mercado y son muchos los que en los últimamente se están planteando su compra.
La primera sensación que se obtiene cuando se conduce un coche eléctrico, es el agrado de manejo que ofrecen; el motor tiene una respuesta inmediata, gran capacidad de aceleración, son muy silenciosos, también confortables, dado que además el motor retiene bastante y se manejan casi en exclusiva con el pedal del gas. Otra ventaja importante es la economía de utilización; aunque la electricidad no es barata, el gasto en consumo de energía es muy inferior al de los vehículos con motor de explosión. Por si esto fuera poco, los que vivimos en las grandes ciudades no tendremos limitaciones a la hora de circular por exceso de contaminación y al menos, de momento, podremos aparcar en las zonas de estacionamiento restringido de forma gratuita y durante el tiempo que necesitemos.
Hasta ahora todo son ventajas, pero lógicamente no es oro todo lo que reluce. Para empezar y aunque están subvencionados, el precio de adquisición es bastante elevado y difícil de amortizar por el empleo una energía más barata. Aun así, la mayor pega de cara a su difusión no es el precio, que en un momento dado puede resultar asumible para algunos. El principal problema continúa siendo la autonomía. La mayoría de los modelos que hay en el mercado permiten recorrer entre 150 y 300 km, pero ese kilometraje puede disminuir sustancialmente a poco que nos dejemos seducir por el pedal del gas, rodemos a velocidades elevadas, a plena carga y con el aire acondicionado a tope cuando llega el verano. No es de extrañar, por tanto, que la sensación cuando uno se sienta a los mandos de un coche eléctrico sea un poco como la de salir de casa en reserva, lo que en determinadas circunstancias puede resultar un tanto angustioso. También he podido comprobar que los puntos de recarga en lugares públicos muchas veces no funcionan o están ocupados; no son por tanto una solución fiable. En el caso de los eléctricos más caros, se ofrecen niveles de autonomía que pueden llegar a 500 km en condiciones óptimas, pero no están al alcance de cualquiera y también tienen muchas limitaciones a la hora de viajar dado que de momento la red de supercargadores en carretera es todavía escasa.
Otro aspecto a tener en cuenta está en la eficiencia energética, sobre todo mientras las energías renovables no alcancen un mayor protagonismo. De momento, no contaminaremos memos, lo que conseguimos con el coche eléctrico es descentralizar la contaminación de las ciudades, lo que desde luego no es poco.
Tengo claro que la expansión del coche eléctrico no es fácil ni va a ser tan rápida como algunos piensan, al menos de momento. No todos los conductores pueden tener un punto de carga en su casa, entre otras cosas porque resulta obligatorio tener garaje y las redes eléctricas de las viviendas en muchos casos tampoco están preparadas para estos menesteres, como he podido comprobar en mi vivienda donde saltaban los diferenciales. De momento el coche eléctrico sólo es alternativa para los que realizan pocos kilómetros en el día a día y que por conciencia ecológica o comodidad a la hora de circular, estén dispuestos a pagar su elevado coste de adquisición o el alquiler de las baterías que algunos fabricantes exigen para estos vehículos. Para la mayoría, entre los cuales me incluyo, los vehículos eléctricos, incluso como segundo coche, tienen todavía demasiadas limitaciones.
Afortunadamente los que quieran disfrutar de las ventajas del coche eléctrico en ciudad, sin preocuparse de la autonomía, la alternativa está en los híbridos enchufables Plug-In que, como he podido comprobar, es como tener dos coches en uno. Además ya son varios los fabricantes en anunciar 100 km de autonomía en eléctrico en sus futuros Plu-In. Creo sinceramente que esta tecnología tiene mucho futuro por delante y es el paso intermedio necesario al coche completamente eléctrico.
“Tengo claro que la expansión del coche eléctrico no es fácil ni va a ser tan rápida como algunos piensan, al menos de momento”.