Al volante del Seat 131 2000 CLX
A mediados de los 70, el 131 recogió el testigo de los exitosos 124/1430, berlinas familiares de gama media ya con ciertas pretensiones en cuanto a confort y lujo. Por encima, Seat ya había lanzado el 132 en 1973. Equilibrado en cuanto a prestaciones, comportamiento, tamaño y dotación, el 131 triunfó en el mercado y entró con esa inercia en los años 80. Este 2000 CLX (Supermirafiori), en realidad, fue el epílogo de la gama y el último Seat de planteamiento clásico: motor delantero y propulsión trasera. Equipa el biárbol de dos litros del célebre 124 FL90 de 114 CV —también lo montaba el 132 2000—, con un escape, radiador, soportes y palieres de transmisión revisados y adaptados. Cuenta con una caja de cinco relaciones y las suspensiones reforzadas de la versión familiar. Es así como el 131 CLX hace gala de un cierto toque deportivo, vigoroso y alegre, envuelto en un habitáculo espacioso y bien rematado. Incluso contrasta ese aire burgués, el que le dan por ejemplo los butacones de tela, la regulación eléctrica de los retrovisores y el volante monobrazo, con el nervio de motor y la excelente puesta a punto de las suspensiones. Seat Coches Históricos lo incorporó hace unos años a la colección de la Nave A122 y solo hizo falta una revisión y «lavado de cara». Lo demás… ya lo traía de serie.