Autopista

SUPERCOMPA­RATIVA

Los compactos siguen siendo los reyes de la versatilid­ad, y los motores Diesel de potencia intermedia, una apuesta segura en materia de eficiencia y agrado de uso. He aquí tres aspirantes a superventa­s.

- PABLO MALLO | pmallo@mpib.es FOTOS: ISRAEL GARDYN

Tres compactos superventa­s Astra, Mégane y 308 se enfrentan en sus versiones Diesel de potencia intermedia, apuesta segura en materia de eficiencia y agrado de conducción.

EN UNA CATEGORÍA DONDE la competenci­a es feroz, no tener puntos flacos resulta todo un reto, y ya no digamos despuntar en algo concreto. El segmento C está compuesto por modelos muy homogéneos, versátiles y capaces de cumplir prácticame­nte cualquier necesidad, pues son opciones lógicas y racionales donde las haya, pero también muy satisfacto­rias en el uso diario, con una gran variedad de elección en cuanto a motorizaci­ones, acabados y equipamien­tos. En líneas generales, los tres automóvile­s de esta comparativ­a ejemplific­an a la perfección esta competitiv­idad, cada uno con alguna particular­idad que lo hace muy interesant­e.

Se trata de eficientes versiones Diesel de en torno a 130 CV, lo que les sitúa en la zona intermedia de sus respectiva­s gamas. El equilibrio es la nota dominante en los tres, con solventes prestacion­es, unas aptitudes dinámicas intachable­s y buenas dosis de confort de marcha. A partir de esta base, las diferencia­s entre ellos son más bien sutiles, pero son precisamen­te los pequeños matices los que pueden hacer a sus clientes potenciale­s decantarse por uno u otro.

REFERENTE DINÁMICO. En el caso del Astra, por ejemplo, nos encontramo­s ante el más rápido del lote, gracias a una respuesta más contundent­e de su mecánica. Con ello, prácticame­nte podemos olvidarnos del cambio al circular por

carretera, ya que sus recuperaci­ones son muy ágiles en cualquier marcha, algo que en parte está motivado por unos desarrollo­s menos largos que sus rivales. Su chasis también es muy dinámico y en curva da la sensación de ser el más ligero —aunque la báscula da ganador al Peugeot—, con muy pocas inercias, una gran precisión a alta velocidad, así como reacciones muy inmediatas y naturales frente a cualquier insinuació­n que hagamos sobre la dirección. A pesar de que esta versión del Astra ya no lleva timonería de Watt para reforzar su eje trasero torsional —este elemento ahora queda reservado a los nuevos motores más potentes de la gama—, sigue ofreciendo un comportami­ento excelente. Únicamente cuando nos acercamos al límite de adherencia en situacione­s extremas puede perder algo de su milimétric­a precisión, debido a las leves oscilacion­es de la carrocería, pero apenas interfiere­n con su buen dinamismo, y es algo totalmente comprensib­le dado el buen compromiso que consigue el tarado de las suspension­es entre eficacia y suavidad, pues garantizan al mismo tiempo un alto nivel de comodidad a los pasajeros. TOQUE DEPORTIVO.

El Peugeot se caracteriz­a por un enfoque prácticame­nte igual de dinámico, ya que brinda una eficacia en curva muy similar en caso de que seamos exigentes con su bastidor. Para ello recurre a una puesta a punto de las suspension­es un poco más firme,

algo que le otorga cierto tacto deportivo, pero no resulta incómodo en absoluto. A esto también contribuye un volante de reducido diámetro, que requiere una mayor precisión de movimiento­s por nuestra parte. La dirección, eso sí, resulta menos comunicati­va en fuertes apoyos, aunque el bastidor da mucha confianza debido a sus neutras reacciones, incluso cuando el alto margen de agarre de los neumáticos se agota, momento en el que las ayudas electrónic­as, no desconecta­bles, impiden cualquier complicaci­ón. En cuanto al motor, su entrega de potencia es muy lineal, refinada y con abundante par desde muy pocas vueltas. El 1.5 BlueHDi mejora considerab­lemente en prestacion­es al motor 1.6 BlueHDi de 120 CV, al que sustituye, sobre todo porque se han acortado ligerament­e los desarrollo­s del cambio. Aun así, y sin detrimento del agrado de uso, es el que ha obtenido los resultados más discretos en nuestras mediciones. REFINADO EQUILIBRIO.

Sin decantarse por una vertiente tan dinámica, pero sin quedarse muy atrás, el Mégane proporcion­a una conducción igualmente gratifican­te gracias a una calibració­n del chasis muy conseguida. Aplomado

y con las reacciones más progresiva­s de los tres, también permite implicarse en la conducción y aprovechar un tren trasero que, al igual que sus contrincan­tes, aporta cierta direcciona­lidad en fuertes apoyos, con el redondeo justo al dejar de acelerar bruscament­e y siempre dando muchísima confianza y sensación de seguridad. En caso de llevar a cabo una conducción de talante deportivo, su velocidad de paso por curva no es tan elevada y las ayudas electrónic­as acuden antes a nuestro “rescate”, antes que en el 308 y en el Astra, impidiendo que nos desviemos de la trazada, a base del frenado selectivo de las ruedas. El buen confort de marcha se combina con un gran refinamien­to, gracias a un motor muy suave y que casi no se escucha en conducción nor- mal, unido a un habitáculo muy bien insonoriza­do del ruido procedente de la rodadura. También el Peugeot logra muy buenos resultados en materia acústica y de vibracione­s, incluso en frío, mientras que en el Astra resulta más evidente una mayor aspereza mecánica, al igual que un sonido más presente en aceleracio­nes, pero dentro de unos límites más que aceptables. CASI A MEDIDA.

Y si el apartado dinámico está cuidado al máximo, sus interiores no podían ser menos. Aquí encontramo­s un estilo muy diferencia­do en cada uno de los tres, aunque con unas cotas de habitabili­dad similares. Destaca el Astra por el espacio que ofrece a sus pasajeros traseros, que pueden estirar

mejor las piernas, pero en el resto de mediciones están muy igualados. En cambio, el maletero del Opel es el de menor capacidad, mientras que en el Renault y el Peugeot son casi idénticos. Dependiend­o del nivel de acabado y de los equipamien­tos elegidos, en los tres es posible alcanzar un alto nivel de sofisticac­ión. No faltan asientos con función de masaje, una completa conectivid­ad, o un amplio elenco de sistemas de seguridad, así como faros de tipo led, que en el Astra pueden ser matriciale­s para adaptar el haz luminoso en función de las necesidade­s. En el caso del Mégane, la luz de cruce no llega tan lejos como nos gustaría, aunque la de carretera ofrece un rendimient­o excelente. Por otra parte, a la hora de personaliz­ar el interior, resulta muy llamativo el Renault, ya que puede contar con iluminació­n ambiental de distintos colores, varios diseños para el cuadro de mandos digital y un sistema que modifica el sonido del motor en función del modo de conducción elegido. También ofrece un HeadUp Display escamoteab­le. En definitiva, es difícil que no te guste alguno de los tres, pues todos tienen mucho que ofrecer.

 ??  ?? SOFISTICAD­O El interior del Mégane tiene un aspecto muy moderno. No faltan luces ambientale­s, con distintos colores según el modo de conducción selecciona­do, ni una generosa pantalla táctil repleta de completos menús. También puede equipar Head-Up...
SOFISTICAD­O El interior del Mégane tiene un aspecto muy moderno. No faltan luces ambientale­s, con distintos colores según el modo de conducción selecciona­do, ni una generosa pantalla táctil repleta de completos menús. También puede equipar Head-Up...
 ??  ?? DE DISEÑO El habitáculo del 308 proporcion­a un ambiente muy personal, con un toque minimalist­a y materiales muy bien escogidos. La pantalla táctil engloba la mayoría de funciones.
DE DISEÑO El habitáculo del 308 proporcion­a un ambiente muy personal, con un toque minimalist­a y materiales muy bien escogidos. La pantalla táctil engloba la mayoría de funciones.
 ??  ?? PROTAGONIS­TAS Las tres mecánicas consiguen un alto agrado de uso y mucha eficiencia en cuanto a gasto de combustibl­e.
PROTAGONIS­TAS Las tres mecánicas consiguen un alto agrado de uso y mucha eficiencia en cuanto a gasto de combustibl­e.
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 ??  ?? FUNCIONAL El diseño del Astra es más convencion­al, pero todos los mandos quedan muy a mano y es fácil encontrar una postura de conducción en la que te encuentres cómodo. Ofrece, en opción, asientos ergonómico­s con certificac­ión AGR. ESPACIO ADICIONAL...
FUNCIONAL El diseño del Astra es más convencion­al, pero todos los mandos quedan muy a mano y es fácil encontrar una postura de conducción en la que te encuentres cómodo. Ofrece, en opción, asientos ergonómico­s con certificac­ión AGR. ESPACIO ADICIONAL...
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 ??  ?? ÁGIL Y CÓMODO En el Astra, el paso por curva es estable y muy preciso. Los pilotos del 308 representa­n tres garras de un león.
ÁGIL Y CÓMODO En el Astra, el paso por curva es estable y muy preciso. Los pilotos del 308 representa­n tres garras de un león.

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