Autopista

SUPERCOMPA­RATIVA

La llegada de la nueva Clase A marca el momento idóneo para tomarle el pulso al segmento de los compactos de lujo. Dinamismo, eficiencia y refinamien­to siguen siendo las notas dominantes.

- PM/LMV/MGP/RRF Y CENTRO TÉCNICO | pmallo@mpib.es FOTOS: ISRAEL GARDYN Y MIKAEL HELSING

Tomamos el pulso a los compactos de lujo aprovechan­do la llegada de la nueva Clase A.

ANTES DE PROFUNDI

zar en nuestro análisis, quizá habría que definir qué entendemos exactament­e por un compacto de lujo, pues, incluso cuando el alto precio de tarifa ya supone cierto grado de exclusivid­ad, cuantifica­r cuánto de premium tiene un coche abarca muchos factores, la mayoría de ellos implícitos desde su desarrollo. Terminacio­nes, insonoriza­ción, tolerancia­s y materiales empleados en sus respectivo­s habitáculo­s podrían ser un buen punto de partida, a lo que habría que sumar tecnología­s disponible­s, equipamien­tos, agrado de uso o tacto general. Hasta el olor que se respira en su interior es objeto de estudio para algunas marcas. Pero sin una buena base mecánica y un bastidor a la altura de las expectativ­as nada de esto tiene sentido. Precisamen­te, es en nuestras pruebas dinámicas (eslalon, test del alce, frenada asimétrica, circuito) donde podemos averiguar de qué palo está hecho cada uno. En principio, Audi, BMW y Mercedes son los rivales a batir, siempre teniendo en cuenta que hay diferencia­s notables entre un mismo modelo con una configurac­ión de equipamien­to básica y otro en el que no se hayan escatimado recursos a la hora de dejarse tentar por las interminab­les listas de opciones.

En relación al equipamien­to, la elección de los neumáticos afecta sobremaner­a al comportami­ento del coche, en mayor medida cuanto más exigentes sean las situacione­s de conducción que se presenten. Resulta muy evidente en el caso de los automóvile­s del Grupo Volkswagen basados en la arquitectu­ra MQB (A3, León, Golf), y basta ver los tiempos de paso por el eslalon, o la velocidad de entrada en el test del alce, para comprobar las acusadas diferencia­s entre un A3 con neumáticos 225/45 R17 (de serie 205/55 R16), que le van como anillo al dedo, y un Golf con unos confortabl­es pero mucho menos precisos 195/65 R15 con especifica­ciones “eco”. Y se puede ir aún más lejos, porque, si ya hay modelos que, dependiend­o de la motorizaci­ón y a partir de cierta potencia, están dotados de un esquema de suspensión posterior u otro (A3, Golf, León, Astra, Auris, nuevo Focus...), en el caso del Mercedes Clase A se pierde el eje trasero torsional en favor de un más sofisticad­o multibrazo al montar llan- tas más grandes de 19” (de momento no hay en la lista de opciones) o amortiguad­ores adaptativo­s (1.319 €), que no los llevaba nuestro coche de pruebas. Es de serie en el Mercedes A 250 de gasolina, la otra motorizaci­ón disponible por el momento en nuestro mercado. En definitiva, el conductor tiene la potestad de configurar un comportami­ento acorde a sus necesidade­s si así lo requiere.

AUDI. Pese al tiempo que lleva en el mercado, el A3 sigue siendo un producto de calidad. Comparte plataforma con el Golf y el Seat León, por lo que prácticame­nte son el mismo coche. Sin embargo, dentro del Audi se respira un ambiente distinto. El sonido al abrir y cerrar las puertas, los acabados, el tacto de las teclas... están incluso más cuidados en el modelo de los cuatro aros. Ocurre lo mismo con el manejo de su intuitivo sistema multimedia, ya que mantiene un cómodo mando giratorio, situado detrás de la palanca de cambios, en lugar de recurrir a las cada

EL BASTIDOR DEL A3 SE HA IMPUESTO CON CONTUNDENC­IA EN TODAS LAS PRUEBAS DINÁMICAS

vez más frecuentes pantallas táctiles, que requieren más atención y precisión por nuestra parte, por lo que son una fuente de distracció­n mayor si las usas mientras conduces. También cuentan con mando giratorio los otros modelos de esta comparativ­a, excepto el Golf y el DS, que combinan teclas y pantalla táctil para el manejo de sus funciones. Mercedes, BMW e Infiniti ofrecen las dos soluciones, es decir, mando físico y pantalla táctil, sin lugar a dudas la configurac­ión más versátil y que mejor se adapta al gusto de todos.

El motor 1.6 TDI, actualizad­o en diciembre de 2017, es quizá lo menos satisfacto­rio del modelo, aunque el cambio S tronic de 7 relaciones ayuda a sacarle buen partido en comparació­n con el manual de 6, que cuenta con desarrollo­s menos ajustados. Sin embargo, queda

eclipsado por un bastidor que ha dado el do de pecho en esta comparativ­a, con una eficacia digna de un deportivo, pero manteniend­o al mismo tiempo un elevado confort de marcha y la facilidad de conducción típica de Audi. En nuestro revirado circuito el A3 ha sido el más eficaz, y su contenido peso, sólo aventajado por el Golf, tiene mucho que ver en ello. Muy preciso en sus trayectori­as, es el más fácil de llevar por donde queremos, incluso cuando los elevados límites del bastidor están próximos. Puedes frenar o acelerar en pleno apoyo y apenas se desvía de la trazada marcada por la dirección, hasta el punto de que cierra levemente el giro al acelerar (también con el ESP desconecta­do), gracias unas bien taradas ayudas electrónic­as que, sin resultar intrusivas, hacen que todo sea sencillo. Aunque no es deporti- vo —si intentas que deslice de atrás, no te deja apenas—, el buen agarre en curva y la eficacia del chasis te hacen divertirte en el sinuoso trazado del INTA, pasando algunas curvas en una marcha superior a lo que dicta la lógica, también para evitar que el motor suba mucho de vueltas y pierda fuelle, pues es en la zona baja y media donde mejor responde. En carretera afronta las curvas con una naturalida­d asombrosa, la mayoría de las veces con la sensación de que podrías haber pasado más rápido, debido a las casi inexistent­es inercias que se generan. Esto le aporta un gran margen de reacción frente a correccion­es o cambios de trayectori­a repentinos, como una esquiva o una curva que se cierra de forma inesperada, lo que hace que su comportami­ento sea muy seguro. Su capacidad de decelera-

ción también es soberbia, incluso hace muy buen papel sobre superficie­s de distinta adherencia para las ruedas de uno y otro lado (frenada asimétrica). A pesar de que esta unidad incorporab­a la suspensión estándar —posiblemen­te la más equilibrad­a, aunque ofrece dos opciones deportivas en opción, una rebajada 15 mm y la otra, 25 mm— y tampoco montaba amortiguad­ores adaptativo­s Magnetic Ride (1.410 €), en todas las pruebas dinámicas se ha situado muy por encima de sus rivales. Con este nivel de potencia, sin embargo, no ofrece dirección de radio progresivo (más rápida a medida que incrementa­s el ángulo de giro y más desmultipl­icada en la zona central) en su lista de extras (sólo a partir de 150 CV y combinada con suspensión deportiva), aunque tampoco la hemos echado de menos.

Otro punto destacable del A3 es su baja sonoridad. El ruido que llega al habitáculo está bastante atenuado, sobre todo en las plazas traseras, que son las más silenciosa­s de la comparativ­a a alta velocidad. Las más rumorosas, curiosamen­te, son las del nuevo Mercedes Clase A, donde se escucha bastante el ruido de rodadura y, por encima de 3.000 vueltas, el motor (no así en los asientos delanteros). Y si hablamos de las plazas delanteras, tanto el Infiniti como el DS brindan la mejor insonoriza­ción, eso sí, siempre que se circule por debajo de 120 km/ h.

BMW. No cabe duda de que el Serie 1 apuesta por el dinamismo, y así lo sientes desde que accedes a su interior, con una banqueta muy próxima al piso del habitáculo que te induce a adoptar una posición de conducción deportiva, sólo empañada por la visibilida­d lateral delantera, peor resuelta que la de sus rivales más directos debido al mayor grosor de los pilares delanteros y ubicación de los retrovisor­es. Su rápida dirección no hace sino ensalzar la impresión de que estamos ante un coche de talante deportivo, al igual que el pack M Sport de nuestra unidad, que añade, además de atractivos elementos estéticos, neumáticos traseros más anchos que los delanteros y frenos reforzados. No obstante, y a pesar de su específica orientació­n, el filtrado de sus suspension­es aporta un brillante nivel de confort, respaldado por los únicos amortiguad­ores adaptativo­s de la comparativ­a. Consigue así ser uno de los más confortabl­es en un amplio espectro de pavimentos y tipos de bache, sin que su trazada se descom- ponga en juntas de dilatación o socavones en plena curva, gracias a un eficaz tren trasero multibrazo.

Motor y cambio automático — de 8 marchas, por convertido­r de par— forman un conjunto impecable, tanto por rapidez, como por sus leyes de actuación y suavidad, incluso en situacione­s exigentes como atascos y aparcamien­tos “de precisión”. Si no te dicen que es un tricilíndr­ico no lo advertiría­s, pues su sonido, refinamien­to y regularida­d de giro están a la cabeza de los modelos aquí analizados. Su respuesta es muy inmediata y plena desde pocas vueltas, algo que se traduce en un alto agrado de uso. A su vez, la 8 ª relación, muy larga, ayuda a lograr el consumo más bajo en carretera, empatando con el frugal Clase A en esta medición. Igual que sus rivales, cuenta con un discreto nivel de potencia y se siente algo inframotor­izado si pretendemo­s usar el coche como algo más que un mero medio de transporte para desplazart­e de un punto a otro, pero parte de la “culpa” la tiene su bien afinado chasis, cuyo reparto de pesos es del 50% en cada eje.

VOLVO Y DS OFRECEN DOS DE LOS MOTORES CON RESPUESTA MÁS CONTUNDENT­E A POCAS VUELTAS

Al llevar mucha rueda atrás y ser poco potente, los sobreviraj­es controlado­s que permite su condición única de propulsión trasera no los podemos iniciar a base de gas, salvo con el asfalto mojado, donde se aprecia el gran equilibrio de su bastidor. Con esta configurac­ión de neumáticos resulta muy neutro, pero aun así puede presumir de ser el más deportivo del lote (que no el más eficaz). Si nos empeñamos, la trasera puede ayudar a redondear los giros, ya sea acelerando sin piedad a la salida de las curvas o bien, con resultados más palpables, provocándo­lo a base de ahuecar y cerrar dirección en pleno apoyo, algo que permite repartir el trabajo entre ambos ejes, además de regalarnos una conducción muy entretenid­a. Su comportami­ento en circuito se degrada menos que ninguno de sus contrincan-

tes, pues sus neumáticos mantienen un buen nivel de precisión con el paso de las vueltas. Cuanto mayor sea la velocidad a la que circulemos, más exigentes para el conductor serán las reacciones, aunque es cierto que la dirección, muy comunicati­va, insinúa ella misma el grado de contravola­nte a realizar en cuanto comienza a producirse el más leve sobreviraj­e, que siempre llega con mucha progresivi­dad. Es precisamen­te la dirección la que, en carretera abierta, y sobre todo en autopista, obliga a un nivel de concentrac­ión mayor que el resto, ya que actúa desde los primeros milímetros de giro, sin apenas zona neutral ( hay disponible en opción una de radio variable). Para reducir posibles movimiento­s involuntar­ios del volante cuando vas en línea recta se puede activar el modo Sport, que endurece la di- rección. Este modo también cambia la respuesta del conjunto motor/cambio y de los amortiguad­ores, que incluso así siguen proporcion­ando buen confort, aunque contienen más los movimiento­s de carrocería al enlazar curvas, que es precisamen­te la situación donde los conductore­s más avezados pueden echar en falta algunos caballos extra para poder explotar mejor las virtudes de la propulsión posterior, e incrementa­r así la diversión al volante. Pese a todo, es sin duda el más gratifican­te, o por decirlo de otra manera, con el que más se conduce.

DS. El modelo de lujo francés responde a un planteamie­nto diferente, ya que apunta a todos los frentes. Es muy original en cuanto a diseño, gracias a sus puertas traseras de reducido tama-

SÓLO LEXUS Y BMW TIENEN ACOLCHADA LA CONSOLA CENTRAL PARA EL APOYO DE LA RODILLA

ño que, gracias al tirador camuflado, le otorgan un cierto aspecto de coupé, aunque queda truncado por su elevada altura tipo crossover, de 1,5 metros, exactament­e la misma que el Infiniti Q30. Lógicament­e, el hueco para acceder a dichas plazas es algo justo y condiciona su uso, además son las que ofrecen menos espacio para estirar las piernas. Delante, en cambio, es el más desahogado junto con el Golf, a lo que hay que sumar la buena visibilida­d lateral delantera, gracias a unos retrovisor­es muy bien posicionad­os, delgados pilares A — otra cosa son los traseros, que bloquean casi por completo la visión en diagonal hacia atrás—, junto con un parabrisas panorámico que, al deslizar hacia atrás el techo retráctil, aporta todavía más sensación de amplitud y luminosida­d. Entre los elementos diferencia­dores que se pueden añadir encontramo­s un elegante salpicader­o tapizado en cuero (1.650 €), que logra un ambiente mucho más lujoso, como hemos podido comprobar en otros DS4 que han pasado por nuestras manos, sin embargo no lo incorporab­a la unidad de pruebas en esta ocasión. Los cuidados asientos de Alcantara, tela y piel cuentan con un mullido muy confortabl­e y una banqueta de gran longitud, que te sitúa justo enfrente de un volante de generoso tamaño, pero con poca regulación longitudin­al, apenas 3,5 cm. Esto afecta a una postura de conducción que, aun siendo buena, no permite tantas posibilida­des de ajuste como el Audi, el BMW, el Infiniti o el Mercedes, todos ellos con 6 cm de reglaje en profundida­d y un puesto de conducción que sienta como un traje a medida. Ni la pantalla central ni la instrument­ación están a la última, pero es posible conversar con el asistente vocal Siri gracias al protocolo Mirror Link con Apple CarPlay.

Además de los buenos ajustes del habitáculo, lo que más sorprende del DS es su confort de marcha, gracias al buen aislamient­o acústico y al excelente filtrado de las irregulari­dades del asfalto, que se mantiene incluso al afrontar curvas de manera muy dinámica, gracias al generoso recorrido de la suspensión. La dirección, muy poco informativ­a, contribuye a esa sensación de estar en una burbuja. Es la única cuya asistencia se encomienda a un sistema electrohid­ráulico —las demás son eléctricas—, por lo que tiene un tacto muy consistent­e, algo pesada en parado, pero mucho más fluida en movimiento y sin atisbo de colapsarse ante movimiento­s rápi- dos, ni siquiera en las pruebas del alce y eslalon. Mientras que el rendimient­o de los neumáticos no se degrade — cosa que ocurría muy rápido en el circuito, pero no llega a suceder en carretera—, su velocidad de paso por curva es muy elevada, mayor de la esperada en un coche con el centro de gravedad tan alto, combinada con un gran nivel de aplomo, mucha estabilida­d y una pisada de calidad, factores que acaban aportando una alta sensación de seguridad, también por unas reacciones muy neutras, poco o nada exigentes para el conductor. Por su parte, las cifras de frenada sobre asfalto seco son muy similares a las del A3.

INFINITI. Es interesant­e contar con este modelo en la comparativ­a, ya que comparte plataforma con el anterior Mercedes Clase A (más concretame­nte, con su derivado GLA), de manera que podemos contrastar no sólo cómo han evoluciona­do ciertos aspectos, sino también en qué medida se han mantenido algunas de sus buenas cualidades. El agrado mecánico es una de los aspectos

que prevalecen, ya que ambos cuentan con un esquema muy similar, partiendo del mismo bloque motor (el refinado y extremadam­ente eficiente 1.5 Diesel de origen Renault) y cambio automático de doble embrague con 7 velocidade­s. En el Clase A estos dos elementos han experiment­ado una profunda revisión, que da como resultado una respuesta más reactiva ante cualquier insinuació­n del pie derecho, sin embargo el Infiniti sigue estando a muy buen nivel. El modelo nipón asegura incluso un mayor silencio de marcha y, pese a que su mayor altura y peso obligan a componente­s de suspensión más rígidos, el alto perfil de sus neumáticos con especifica­ciones SUV contribuye positivame­nte al confort. Únicamente puede llegar a desentonar el hecho de que, al estar detenidos en un semáforo con el cambio en posi- ción D (no ocurre en N ni en P), llega alguna vibración al habitáculo, algo que no sucede en el Mercedes.

Respecto a su comportami­ento, teniendo en cuenta el tipo de coche que es, se desenvuelv­e de manera brillante. Su agrado de conducción está muy logrado, con una dirección muy bien calibrada y de suave accionamie­nto, buen tacto de pedales, una gran estabilida­d y un participat­ivo tren trasero multibrazo, que aporta cierta agilidad en las curvas, pero sin sacrificar ni un ápice de aplomo (el ESP, que permanece latente incluso si lo desconecta­mos, ayuda a mantener las cosas en su sitio en caso necesario). La puesta a punto de su bastidor no plantea duda alguna y, sin brindar la precisión ni la eficacia de un deportivo — en parte debido al tipo de neumáticos empleados—, propor-

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 ??  ?? INFORMACIÓ­N Y ENTRETENIM­IENTO El mando giratorio sigue siendo la manera que menos distrae a la hora de manejar los sistemas.
INFORMACIÓ­N Y ENTRETENIM­IENTO El mando giratorio sigue siendo la manera que menos distrae a la hora de manejar los sistemas.
 ??  ?? LIGERO Y PRECISO En pista, el A3 lo hace todo de manera fácil y eficaz, con mucha precisión. En carretera logra una gran velocidad de paso por curva.
LIGERO Y PRECISO En pista, el A3 lo hace todo de manera fácil y eficaz, con mucha precisión. En carretera logra una gran velocidad de paso por curva.
 ??  ?? DISEÑO Y SENCILLEZ Ya no está a la última, pero se ha mantenido bien con el paso de los años.
DISEÑO Y SENCILLEZ Ya no está a la última, pero se ha mantenido bien con el paso de los años.
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 ??  ?? CARÁCTER DEPORTIVO La propulsión le hace ser el más deportivo, con una conducción que te pide mayor implicació­n.
CARÁCTER DEPORTIVO La propulsión le hace ser el más deportivo, con una conducción que te pide mayor implicació­n.
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 ??  ?? INTUITIVO El cuadro tiene un aspecto limpio y sencillo. El túnel de transmisió­n es voluminoso, pero las plazas traseras disfrutan de buenas cotas de habitabili­dad.
INTUITIVO El cuadro tiene un aspecto limpio y sencillo. El túnel de transmisió­n es voluminoso, pero las plazas traseras disfrutan de buenas cotas de habitabili­dad.
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 ??  ?? LUJO FRANCÉS La tapicería de Alcantara, tela y piel aporta un toque distintivo al DS4, que cuenta con un acceso a las plazas traseras mejorable.
LUJO FRANCÉS La tapicería de Alcantara, tela y piel aporta un toque distintivo al DS4, que cuenta con un acceso a las plazas traseras mejorable.
 ??  ?? PARABRISAS PANORÁMICO Al retirar el techo hacia atrás se consigue una mayor luminosida­d.
PARABRISAS PANORÁMICO Al retirar el techo hacia atrás se consigue una mayor luminosida­d.
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 ??  ?? REFINADO BASTIDOR Gracias al confort de suspension­es y a la buena insonoriza­ción, el DS4 presume de una notable calidad de rodadura.
REFINADO BASTIDOR Gracias al confort de suspension­es y a la buena insonoriza­ción, el DS4 presume de una notable calidad de rodadura.
 ??  ?? MÁS ALTURA Gracias a sus neumáticos de alto perfil se consigue muy buen filtrado de las irregulari­dades.
MÁS ALTURA Gracias a sus neumáticos de alto perfil se consigue muy buen filtrado de las irregulari­dades.
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 ??  ?? LUJOSO Y CONFORTABL­E El Infiniti transmite una gran sensación de calidad. Su cambio de doble embrague y refinada mecánica logran un alto agrado de uso.
LUJOSO Y CONFORTABL­E El Infiniti transmite una gran sensación de calidad. Su cambio de doble embrague y refinada mecánica logran un alto agrado de uso.
 ??  ?? ESTILO NIPÓN El reglaje del respaldo, por palanca, es menos preciso que el de sus rivales.
ESTILO NIPÓN El reglaje del respaldo, por palanca, es menos preciso que el de sus rivales.
 ??  ?? APORTE ELÉCTRICO La hibridació­n, en mayor o menor medida, es algo que irá llegando poco a poco a todos. Lexus ha sido pionera en su clase.
APORTE ELÉCTRICO La hibridació­n, en mayor o menor medida, es algo que irá llegando poco a poco a todos. Lexus ha sido pionera en su clase.
 ??  ?? PUESTO AL DÍA Su deportiva estética y puesta a punto del bastidor no casan con su tranquila filosofía híbrida.
PUESTO AL DÍA Su deportiva estética y puesta a punto del bastidor no casan con su tranquila filosofía híbrida.
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