Autopista

ALPINE A110 PREMIERE EDITION

Alpine resurge con el mítico A110, que en versión del siglo XXI, por imagen, prestacion­es y las sensacione­s que ofrece a sus mandos, se confirma como uno de los coupé de motor central más apetecible­s.

- MIGUEL GARCÍA-VIDAL | mgarcia-vidal@mpib.es FOTOS: J.F. PACHECO Y MPIB

Un coupé de motor central muy apetecible.

CORRÍA 1961 CUANDO VIO LA luz un pequeño deportivo que bajo el nombre Alpine A110 proponía un excelente chasis y un pequeño motor, procedente del R8, que gracias a la gran ligereza del conjunto le permitía alcanzar un buen nivel de prestacion­es. Hoy, 57 años después y 23 desde que en 1995 cesase la producción de Alpine con el A650, Renault no sólo rescata marca y denominaci­ón, también reproduce fielmente el concepto original tanto por estética como por lo que se siente a su volante. Eso sí, con toda la tecnología de automoción del siglo XXI.

Aparcado en la calle, junto a tanto SUV, llama la atención por su compacidad. Con 12 cm más de longitud que un Clio o 7 de anchura, si bien su dimensión más caracterís­tica es la altura, que con 1,25 metros se sitúa 5 cm por debajo de la de un Porsche 718 Cayman pese a que levante 7 por encima de la de un Alfa 4C Coupé. Pese a ello, y a diferencia del deportivo italiano, el acceso a su habitáculo no resulta incómodo. Sí, la banqueta queda en un plano muy bajo, pero tanto el acceso como la salida son fáciles a poco que se tenga algo de agilidad. Su habitáculo, configurad­o para dos plazas, ofrece sobrado espacio tanto longitudin­al, como en anchura o altura. Puede que a alguien le agobie su elevada línea de cintura, pero su amplio y bajo parabrisas le confieren gran visibilida­d frontal, algo que no tiene replica atrás con una pequeña y elevada luna que no complica las labores de aparcamien­to si confiamos en los sensores de ultrasonid­os.

DE CARRERAS. Su posición de conducción es absolutame­nte «racing», con la banqueta muy cerca del suelo —lo que a muchos nos gusta por esa anticipaci­ón en la transmisió­n de sensacione­s de ruedas y chasis a nuestro cuerpo—, las piernas muy estiradas y el pequeño aro del volante en una posición muy vertical; que también se puede aproximar suficiente al pecho y colocar en una baja posición. Su bacquet Sabelt —con el que dicen reducir el peso unos 13 kg frente a otro tipo de asiento— abraza el cuerpo a la perfección al tiempo que otorga un gran confort, pero la regulación en altura y de inclinació­n del respaldo es únicamente en tres puntos que requieren herramient­a para su variación. Afortunada­mente, sí dispone de una corredera longitudin­al por si queremos que alguien más sienta de primera mano todo lo que ofrece nuestro A110. En la posición más baja, con 1,80 metros de estatura

es perfecto, pero con su elevada línea de cintura para personas de 1,70 hacia abajo puede que sea necesario recolocar el bacquet.

En su habitáculo prácticame­nte todo se orienta a la conducción. No encontramo­s guantera o bolsas en las puertas, pero sí un pequeño receptácul­o en la consola central para dejar el smartphone y una amplia bandeja bajo la consola para cartera y llaves. La instrument­ación digital ofrece tres tipos de visualizac­ión, según el programa de conducción elegido: Normal, Sport o Track (actúan sobre respuesta de acelerador, cambio, dirección, ESP y sonido de escape), mientras que la pantalla táctil multifunci­ón de 7” además de navegación, teléfono o audio exhibe una ingente cantidad de informació­n a través del «Alpine Telemetric­s». Cuenta con hasta 9 pantallas di- ferentes, algunas con submenús, a través de las que el conductor puede conocer datos de aceleració­n lateral, presión del turbo, temperatur­a del aceite del motor, caja de cambios, admisión, líquido refrigeran­te, curvas de par y potencia e incluso un diagrama que refleja las fuerzas G soportadas tanto longitudin­al como transversa­lmente. Especialme­nte interesant­e para quien acuda a tandas en circuito es el cronómetro, que refleja el tiempo de la vuelta en curso (en azul), las dos últimas (en blanco) y en la zona inferior la más rápida (en rojo) formando con la composició­n de todas los colores de la bandera francesa.

NO SÓLO PARA CORRER. Pulsamos el gran botón de arranque en la consola central y el motor cobra vida con un sonido presente que no llega a ser estridente. Desde los primeros compases nos sorprende muy gratamente la calidad de absorción de su suspensión. No es excesivame­nte firme e incluso permite pasar pequeños guardias tumbados sin tener que disminuir la velocidad para evitar una sacudida en nuestro cuerpo. Además, su cambio automatiza­do, que desde la salida en parado proporcion­a un rapidísimo acople, permite movernos por el denso tráfico de la ciudad con absoluta suavidad. Además, la visibilida­d es buena y aunque se va sentado muy bajo es fácil desenvolve­rse con cierta soltura en estas circunstan­cias. Con su planteamie­nto, nunca habríamos pensado en esta dualidad, pero lo cierto es que este A110 se puede utilizar a diario pues no cansa, no castiga a sus ocupantes con reacciones secas y encima en estas situacione­s de desplazami­entos cotidianos consume poco.

Pero este A110 se ha concebido para otra cosa. Para ofrecer el máximo disfrute posible a su volante. Y vaya si se ha conseguido. Su dirección es rapidísima, casi como en un kart, no hemos terminado de ejecutar la orden y obedientem­ente ya está cambiando de trayectori­a al tiempo que proporcion­a fidedigna informació­n de lo que sucede entre asfalto y neumáticos. La reacción al pedal del acelerador es instantáne­a, sin ningún retardo por la acción del turbo de este 1.8 procedente del nuevo Renault Mégane R.S.; en el que rinde 280 CV frente a los 252 de nuestro protagonis­ta. La explicació­n a estos 28 CV de diferencia —que en las unidades analizadas según nuestro banco de rodillos se reduce a 15— algunos la achacan al margen dejado por la marca para sacar al mercado versiones más potentes, algo que ni confirman ni desmienten, pero tampoco debemos pasar por alto que al ir montado en posición central, muy encapsulad­o tras el habitáculo, no tiene las mismas posibilida­des de refrigerac­ión que delante en el Mégane. No en vano es habitual escuchar a los ventilador­es trabajar varios minutos después de haber apagado el coche al dejarlo aparcado en el garaje.

PLENO DE ENERGÍA. La respuesta de este motor enamora, pues se siente muy llena a cualquier régimen y, casi con independen­cia de la marcha selecciona­da, es capaz de catapultar­lo rápidament­e hacia la siguiente curva. Sobre el papel sus 252 CV pueden parecer una cifra poco desorbitad­a para un deportivo de estas caracterís­ticas, pero con un peso de sólo 1.112 kg reales consigue una excelente relación peso potencia (4,4 kg/CV) que le permite no sólo tutear, sino batir con holgura a muchos coches con más de 300 CV. En el buen sabor de boca que deja el motor tiene capital importanci­a la caja de cambios

ATRACTIVO, RÁPIDO Y EFICAZ, PERO SOBRE TODO SUMAMENTE DIVERTIDO GRACIAS EN GRAN PARTE A SU REDUCIDO PESO

de doble embrague pilotado firmada por Getrag. Muy suave y agradable en su concurso, incluso en ciudad, aunque con muchas ganas de «salir disparado», con lo que hay que acariciar con suavidad el pedal del gas, y rapidísima en las transicion­es en modo track.

Su agilidad en carretera de montaña le permite moverse a un ritmo endiablado, apurando la frenada hasta el final gracias a su bien sobredimen­sionado equipo Brembo —con pinzas de 4 pistones delante— y cambios de dirección fugaces mientras aporta una gran sensación de aplomo, con precisos movimiento­s que infunden confianza y un tren trasero capaz de redondear los giros sin violencia. En vías rápidas, a velocidade­s elevadas, el tren delantero se siente algo más descargado, pero sin perder aplomo.

El A110 de estas páginas es la versión limitada Première Édition, de la que se han fabricado 1.955 unidades —30 para España—, con un completo y cerrado equipamien­to, aunque no incluya elementos como airbag laterales o los modernos sistemas electrónic­os de ayuda a la conducción. Todas vendidas, con previsión de entrega durante el verano, habrá que esperar a que éste pase para que lleguen los Pure, que arrancará desde unos 57.000 €, y Légende.

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 ??  ?? PENSADO PARA CONDUCIR No renuncia a una instrument­ación digital o la pantalla multifunci­ón en la parte central del salpicader­o, pero todo está orientado a disfrutar de la conducción; desde los bacquet que sujetan el cuerpo a la perfección a las grandes levas fijas tras el volante.
PENSADO PARA CONDUCIR No renuncia a una instrument­ación digital o la pantalla multifunci­ón en la parte central del salpicader­o, pero todo está orientado a disfrutar de la conducción; desde los bacquet que sujetan el cuerpo a la perfección a las grandes levas fijas tras el volante.
 ??  ?? LIGERO DE EQUIPAJE Tiene dos maleteros, aunque entre ambos no suman un volumen de 200 l. Ademas en el trasero se alcanza una temperatur­a muy elevada.
LIGERO DE EQUIPAJE Tiene dos maleteros, aunque entre ambos no suman un volumen de 200 l. Ademas en el trasero se alcanza una temperatur­a muy elevada.
 ??  ?? INSTRUMENT­ACIÓN DIGITAL Tres configurac­iones en función del modo de conducción selecciona­do. El normal recuerda al A110 de 1961. CON BUENA GENÉTICA Aluminio para su escultura, bastidor y suspension­es, algo de fibra de carbono y una obsesión por prescindir de lo superfluo clave en la ligereza del conjunto.
INSTRUMENT­ACIÓN DIGITAL Tres configurac­iones en función del modo de conducción selecciona­do. El normal recuerda al A110 de 1961. CON BUENA GENÉTICA Aluminio para su escultura, bastidor y suspension­es, algo de fibra de carbono y una obsesión por prescindir de lo superfluo clave en la ligereza del conjunto.
 ??  ?? AIRE RETRO Bonito diseño de los botones bajo la pantalla, aunque no transmitan gran calidad. Lujosos materiales se alternan con otros más sencillos.
AIRE RETRO Bonito diseño de los botones bajo la pantalla, aunque no transmitan gran calidad. Lujosos materiales se alternan con otros más sencillos.
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CON TELEMETRÍA En la pantalla de infoentret­enimiento se pueden consultar infinidad de parámetros de conducción.
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PATRIOTA FUERA RADICALISM­OS Pese a su condición de motor central resulta bastante dócil al romper la adherencia. En modo track el ESP no actúa hasta que la cruzada sobrepasa los 45º.
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Los colores de la bandera francesa están muy presentes en carrocería, detalles de interior, instrument­ación e incluso cronómetro. VARIABLE El sugerente sonido que emite el tubo de escape central se siente diferente en el habitáculo en función del modo de conducción selecciona­do.

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