¿Prohibir? Mejor enseñar
"La gente parece que no quiere saber qué es el coche, cómo funciona, pero deberían saberlo: la contaminación no es solo una responsabilidad de la sociedad, autoridades y fabricantes", arranca su discurso J. Casanova, catedrático en la Politécnica de Madrid. "El SUV es un error de interpretación de la sociedad. Tampoco hacen falta 150 CV para ir por carretera", destaca Casanova para señalar que el usuario es también responsable de la contaminación desde el momento de la decisión de compra. En el extremo opuesto, también cuando el vehículo lleva ya muchos años en su poder: "aunque son datos algo antiguos, tenemos estudios de que un coche mal mantenido aumenta un 200% la contaminación de un coche idéntico con la misma edad y kilometraje", remata Casanova. Por supuesto, el cómo se conduce también lleva a unos valores bien diferentes de consumo (emisión de CO2) y de contaminación: "con los motores más modernos las técnicas de conducción eficiente han podido quedar obsoletas, pero hay que desarrollar esas técnicas y darlas a conocer", porque según los estudios de Casanova se podría reducir un 15 por ciento el consumo y un 30 por ciento en contaminantes simplemente con la actitud del conductor. "No hay que prohibir, hay que convencer al usuario" de que tiene también su parcela de responsabilidad y que debería tener un compromiso, "incluso ser consciente de cuándo usa el coche y cuándo no". En este sentido, resulta interesante la reflexión vertida por Jose Luis Criado en un "think tank" recientemente organizado por el Instituto de Empresa: "hay que quitar los coches viejos de la calle, primar que se achatarre, pero sin vincular a la compra de un coche, y ya decidirá el usuario cuál es la movilidad que más le conviene". Puede que tarden en calar estas ideas de concienciación en un país en que trucar las centralitas y anular las EGR han sido moneda corriente (sin estadísticas científicas que permitan cuantificarlo, por supuesto). Pero solo con conocimiento (y con unas ITV eficaces para sacar a los sucios de la circulación) las administraciones locales dejarán de pensar en términos de matrículas pares e impares o de "fuera Diesel", y se convencerán de que un solo coche antiguo contaminará como varios centenares de esos coches que se matriculen a finales de 2019.