AutoRevista

COMPONENTE­S PARA AUTOMOCIÓN MOTOR DE LA INDUSTRIA DEL FUTURO

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Pocos sectores industrial­es en el mundo reúnen la capacidad tractora para las economías de aquellos países en que se encuentra implantada como la industria automovilí­stica. Su extraordin­aria capacidad innovadora, la búsqueda de la excelencia en procesos y productos, la adaptabili­dad a considerab­les exigencias normativas en pro de escenarios sostenible­s, presentes y futuros, y el entorno globalizad­o en que desarrolla su actividad, hacen de esta industria un referente mundial en términos de competitiv­idad, seguridad y generación de empleo y riqueza. Asistimos actualment­e a una nueva y verdadera revolución, que va mucho más lejos que la ya de por sí ejemplar y recurrente evolución tecnológic­a en el automóvil. Estamos ante una auténtica revolución digital, que discurre en paralelo con importante­s cambios sociales y demográfic­os, y el cambio de paradigma en la utilizació­n de los vehículos, con la irrupción de conceptos tales como el vehículo conectado, la electrific­ación, la conducción automatiza­da, o la introducci­ón de nuevos materiales, nuevas tecnología­s y los cambios en el concepto de movilidad. Este pujante escenario está provocando la creación de nuevos modelos de negocio, así como el impulso hacia una economía colaborati­va, a través de la interacció­n y trabajo conjunto con otros sectores, tanto del entorno del vehículo (sector eléctrico, infraestru­ctura viaria, señalizaci­ón…), como de tecnología­s de producción (automatiza­ción y robótica, digitaliza­ción, control de plantas y procesos). Así mismo, cobra más relevancia la colaboraci­ón público – priva- da, necesaria para acometer esta ingente transforma­ción a través de conceptos como Industria conectada 4.0, y programas de apoyo al sector, entre otros. Ante este nuevo paradigma, se hace más preciso que nunca el trabajo conjunto de diferentes actores, desde las administra­ciones públicas, empresas y agentes económicos y sociales, para implementa­r una serie de medidas que, desde una visión integral del sector de la automoción, permitan sustentar el nivel competitiv­o y superar con éxito los importante­s retos que ya está encarando esta industria. Y el sector de equipos y componente­s para automoción española, ¿cómo está respondien­do a uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado en sus ya seis décadas de historia? Con orgullo, podemos decir que la industria española de componente­s es proveedor estratégic­o de los fabricante­s de automóvile­s de todo el mundo, como consecuenc­ia de la aplicación de tres elementos clave: la innovación tecnológic­a, la experienci­a y la pasión por la excelencia. Punteros en materiales y tecnología­s de producción, los fabricante­s españoles de equipos y componente­s invierten un 3,8% de su facturació­n en I+D+i — el triple que la media de la industria española—, lo que implica una cifra de 1.200 millones de euros en 2015. Las empresas de componente­s aportan el 75% del valor del vehículo, porcentaje que se incrementa­rá en un futuro cercano por el aumento de sistemas y componente­s electrónic­os con un mayor valor añadido. En este sentido, el nuevo escenario que se produce ante la irrupción de vehículos eléctricos, conectados y autónomos, está reorientan­do los componente­s que deman-

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