España, gigantesca planta piloto Spain, giant pilot plant
Por enésima vez, una planta española actúa como piloto (no de pruebas o ensayos), sino en operaciones industriales en tiempo real para lanzar proyectos de la máxima envergadura. El Opel Crossland X cristaliza el primer gran paso del binomio PSA-Opel (con la integración de la marca alemana en el grupo francés). Es cierto que el modelo se había gestado con antelación a la realidad que se anunció el pasado 6 de marzo, con la configuración de un potente nuevo actor en Europa, pero coloca a la factoría de Opel en Aragón como referencia del constructor resultante. Esa condición se refrendará después del verano con la llegada del hermano del Crossland X, de la marca Citroën y continuará con nuevos proyectos conjuntos en el Centro de PSA Vigo. Proyectos de este calado están en línea con el estreno en España de la plataforma MQB A0 del Grupo Volkswagen, en las plantas de SEAT en Martorell y de Volkswagen Navarra. Todo se mueve en una estela de la industria constructora española, a la que habría ligar proyectos anteriores como la espectacular transformación de Ford en Valencia en los últimos años, acogiendo lanzamientos en exclusiva mundial. También la adjudicación a las plantas de Valladolid y Palencia, de modelos tan cruciales como Captur y Kadjar, respectivamente. Sin olvidar, logros similares en Mercedes -Benz Vitoria y, en industriales pesados, de Iveco en Madrid. Todo este enorme flujo convierte, sin duda, a España en una imaginaria, eficiente y gigantesca planta, más allá de mero piloto, en el contexto internacional. Once again, Spanish plants are piloting — not testing or trialling — latest-generation industrial operations in real time as their parent companies gear up for major international vehicle programmes. The Opel Crossland X represents the first major step taken by PSA–Opel since the German brand was taken over by its French counterpart. While it is true that the model had been developed before the announcement on 6 March created a powerful new player in Europe, it nevertheless positions the Opel factory in Aragon as a benchmark for the new alliance. This status will be reinforced after the summer with the arrival of the Crossland X’s Citroën sibling and will continue with further new joint vehicle programmes at PSA’s Vigo Centre. Of equal stature is the Spanish debut of Volkswagen Group’s MQB A0 platform at SEAT Martorell and Volkswagen Navarra. All of these new developments come in the wake of the Spanish automotive industry’s strong advance, epitomised by projects like Ford Almussafes’ recent spectacular transformation to take on exclusive manufacture of various models for the worldwide market. No less significant were Renault’s decisions to award two models crucial to the brand — the Captur and Kadjar— to the Valladolid and Palencia factories, respectively. And lest we forget, Mercedes-Benz in Vitoria and Iveco in Madrid have achieved similar triumphs in the heavy-duty industrial vehicle field. All of this makes Spain a giant, highly efficient plant piloting the international industry forward.