González Larrauri
JOYERÍA
“Donostia bat bakarra munduan” (San Sebastián sólo hay una y es única en el mundo) es un verso de la marcha compuesta por Raimundo Sarriegui y Serafín Baroja en el siglo XIX, y que es hoy un símbolo de la ciudad que se canta acompañado por el estruendo de tambores y barriles, para conmemorar el día de San Sebastián todos los 20 de enero. La empresa relojera alemana Meistersinger grabó ese mismo verso a láser en una edición limitada de 10 relojes de pulsera, que se puso a la venta en exclusiva en la joyería González Larrauri, y se agotó al poco tiempo. La firma alemana es mundialmente reconocida por fabricar mecanismos de una sola aguja, que hacen un guiño al origen de la relojería, a esos cuadrantes solares que antiguamente marcaban el lento paso del tiempo. La parte inferior de cristal de la City Edition muestra además la silueta del skyline de San Sebastián, donde son claramente reconocibles el ayuntamiento y la catedral del Buen Pastor, entre otros edificios emblemáticos.
En González Larrauri trabajan con marcas suizas como Ebel o Frederique Constant, y sus propietarios viajan asiduamente a ferias nacionales e internacionales para adquirir una variada selección de joyas de grandes firmas y pequeños artesanos,siendo el objetivo sorprender con un estilo propio que propone joyería para todos los momentos, y que se adecúe al mundo informal en el que vivimos hoy, ofreciendo siempre la máxima calidad. Rubíes, esmeraldas, diamantes, brillantes, sodalitas o cuarzos rosas engarzados en oro amarillo o plata, la pasión por la singularidad y contemporaneidad ha ido transmitiéndose generación a generación, desde sus inicios en 1923, hasta la actualidad. Desde su privilegiada ubicación en el centro de San Sebastián, uno de los puntos más concurridos de la capital, la joyería misma se ha convertido en parte del paisaje, un elemento propio del trazo que define esta urbe que bien merece un verso.