Hondarribia

Proponer la ciudad de Hondarribia como uno de los destinos destacados del Paísvasco es siempre un acierto, por su riqueza arquitectónica, su gastronomía y por el enclave privilegiado en el que se encuentra. En los últimos años se ha convertido en un reclamo para los turistas y, sin embargo, ha logrado mantener la esencia local que lo caracteriza. Dicen quienes la visitan que la villa marinera se rodea de una atmósfera que se debe atravesar y sentir al menos una vez en la vida.

La ciudad está circunvalada por una muralla medieval, la única del territorio histórico de Gipuzkoa. En su interior las calles empedradas dejan a la vista el Casco Antiguo, vestido de casas de madera de estilo vasco, con balcones pintados de diferentes colores. En la cima, destaca la impresionante fortaleza construida a finales del siglo X por el Rey Sancho II de Pamplona, una construcción de piedra que alberga en su interior el Parador de Hondarribia. Desde esta posición se abre ante los ojos el mar Cantábrico, la bahía de Txingudi y, al otro lado, la localidad francesa de Hendaia.

La visita sigue por el barrio de la Marina donde se ubican las tiendas, establecimientos y restaurantes más reconocidos que han dado fama a la localidad. La ciudad es también conocida por la gran playa que se extiende a lo largo de casi un kilometro de longitud, un arenal elegido cada verano por miles de personas que buscan disfrutar del calor estival. El camino de la bahía traza un paseo idílico que termina en la villa vecina de Hendaia. Durante todo el año, un barco navega en aguas del estuario del Bidasoa, uniendo el tramo separado por las aguas de la bahía de Txingudi, conectando ambas localidades. Una oportunidad única de descubrir el contraste entre ambos países.