L’EAU D’ISSEY PURE
En 2016, Issey Miyake confiere un nuevo aliento a L’Eau d’Issey y abre el segundo capítulo de su historia. En el origen de L’Eau d’Issey, hay una gota, solo una gota. Rara y preciosa. Con las estaciones, que pasan cada vez más rápido, Issey Miyake retoma su amor por una naturaleza que se toma su tiempo, el tiempo de ponerse en movimiento, despertada por el agua. Un agua que nace y fluye apaciblemente. Un agua pura creadora de momentos suspendidos, paréntesis de sueño y evasión, instantes de serenidad y de plenitud, más all del tiempo: L’Eau d’Issey Pure.
La pureza de una gota de agua sobre la piel de una mujer
*molécula cautiva IFF Transparente y, sin embargo, profunda. Fluida pero envolvente. L’Eau d’Issey Pure es rica en contrastes. Encarnada por el aliento yodado de la molécula Maritima* asociada con el ámbar gris, L’Eau d’Issey Pure echa el ancla en una nueva historia acuática. Maritima*, la molécula exclusiva de IFF, evoca las aguas limpias y frescas, mientras que el ámbar gris, con sus inflexiones minerales y animales, aporta sensualidad y generosidad a la fragancia. Como flotando sobre la gran extensión salina, un ramo de flores resplandece. El muguete cristalino responde a la luminosidad de la flor de azahar. Nos sumergimos en su delicada estela blanca. Luego, vienen otras flores más densas. La esencia de rosa damascena, aún cubierta por el rocío de la mañana en que fue recogida, trae consigo al opulento jazmín en una embriaguez de pétalos. La travesía continúa. En las notas de fondo, resuena la llamada irresistible del Cashmeran*, colmado de vibraciones de almizcles y maderas. Pura y poderosa, L’Eau d’Issey Pure evoca las riberas lejanas con el simple contacto de una gota.
Y la gota se convierte en frasco
Una silueta esbelta, cónica e icónica es el rasgo característico del famoso frasco de vidrio de L’Eau d’Issey. La arquitectura del frasco de L’Eau d’Issey Pure toma prestados sus principales códigos y su refinamiento, desde la sobriedad del vidrio al tapón de plata satinada. Con una sola excepción: la esfera cristalina, que orna su vértice, se desliza en el fondo del frasco de L’Eau d’Issey Pure. Un sesgo artístico querido por el diseñador estadounidense Todd Bracher, que ilustra este retorno al origen a través de una poesía sin manierismo. “L’Eau d’Issey es todo lo que los demás perfumes no son. L’Eau d’Issey evoca una sencillez y pureza real en torno a esta noción del agua. Para L’Eau d’Issey Pure hemos capturado la imagen más simple del agua que, para mí, es la de una gota. La gota simboliza el perfume y se convierte en frasco”, explica Todd Bracher. L’Eau d’Issey es absolutamente pura, desde la belleza del frasco, pasando por su fragancia única, hasta este momento suspendido captado por el objetivo de Daniel Jouanneau.