Beef!

Entre copas

El enoturismo se ha convertido en un fenómeno de masas y en un negocio que convierte al vino en Marca España detrás del turismo y la gastronomí­a.

- Texto: LUIS S. BARDÓN Fotos: ARCHIVO

un buen vino es –afirmaba Federico Fellini– como una buena película: “dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador”. El vino y su entorno no es nada nuevo. Se tienen pruebas de que la Emperatriz Eugenia de Montijo visitó la bodega de Alvear. También de que Isabel II acudió a las bodegas González Byass en 1862 y Alfonso XIII recorrió

Bodegas Codorniu, Domecq o Franco Españolas, entre otras. Por lo tanto, se puede asegurar que el enoturismo no es una actividad inédita del presente siglo, sino el resultado de la evolución del interés en el mundo del vino.

Visitar las bodegas más famosas de España, disfrutar de la época de vendimia, observar y participar en el proceso de elaboració­n de algunos de los vinos más conocidos del mundo, pasear por algunos de los viñedos más importante­s de cada región

o catar los vinos más afamados de cada bodega, son algunas de las actividade­s que se pueden realizar cuando se programa una ruta del vino, como ya sabemos, es lo que se conoce como enoturismo.

En este tipo de rutas también se pueden realizar actividade­s alternativ­as al mundo del vino que complement­en esta magnífica experienci­a, como visitas a museos o contemplar monumentos históricos, además de disfrutar de la gastronomí­a, el patrimonio cultural o la naturaleza.

TURISMO ENOLÓGICO

Epaña es el segundo país del mundo que más turistas acoge. En el año 2018, más de 88 millones de personas vinieron a España y se gastaron cerca de 94.000 millones de euros. España es una gran nación que destaca a nivel mundial por su cultura, su gastronomí­a, su clima y el excelente carácter acogedor de los ciudadanos españoles. Cuenta, además, con un gran tejido empresaria­l en su sector turístico: más de dos millones trabajan en él. »

Asimismo cuenta con grandes representa­ntes de las diferentes Administra­ciones Públicas que colaboran para que el turismo en España sea lo que es. España, el país del sol y de los grandes vinos, se caracteriz­a por ser un lugar donde el turista descubre su carácter festivo y de diversión.

Gracias a ese buen concepto y al trabajo bien hecho, el turismo supone más del 10% del Producto Interior Bruto español y es un sector cada vez más competitiv­o y más innovador e intenta ser cada vez mejor. Los turistas pueden decidir entre destinos de playas, montañas y grandes ciudades. Dentro de estos tres, destaca el enoturismo por su carácter gastronómi­co y cultural.

El último ejercicio cerró sus datos estadístic­os de turismo con un excelente resultado. Por primera vez en mucho tiempo, España se convirtió en el segundo país del mundo a la hora de recibir turistas, por encima ya de EE.UU. y por debajo de nuestro país vecino, Francia.

A las bodegas les agrada conocer que en 2018 más de 88 millones de personas vinieron a nuestro país y se gastaron más de 90.000 millones de euros. Para el enoturismo, estos datos suponen un estímulo para seguir trabajando para todos en el futuro. Las bodegas anuncian sus eventos en los buscadores de enoturismo para que los turistas logren fácilmente localizarl­os. La Asociación Española de Enoturismo y Turismo Gastronómi­co está convencida de que el turismo del vino tiene un enorme potencial, al no estar masificado ni ser estacional y utilizar los recursos del territorio. Por ello, recuerda el importante papel de las agencias comerciali­zadoras como nexo de venta y explicació­n del producto turístico al visitante, ya que ello incide en que su aceptación tenga éxito.

RUTaS dEL vINO

Nuestro país tiene 69 Denominaci­ones de Origen, además de muchos más vinos de Calidad con Indicación Geográfica y Vinos de Pago. La riqueza enológica es impresiona­nte, así que no es de extrañar que en buena parte de España se cultive la viña y se produzcan algunos de los mejores vinos del mundo. No es extraño que al gran público le apetezca ir de catas, participar en la vendimia y recorrer paisajes preciosos. La mejor época para visitar las bodegas es entre los meses de julio y octubre, cuando la uva está madura y se produce la época de vendimia, pero hay muchas bodegas que tienen sus puertas abiertas durante todo el año.

GUía paRa IR dE ENOTURISMO

Más de 1260 eventos de enoturismo publicados por los profesiona­les del vino en una misma Plataforma facilitan al enoturista localizar el evento predilecto. Agrupa a todos los profesiona­les del vino con independen­cia de si pertenecen a una Denominaci­ón de Origen, Asociación, Ruta del vino u otra agrupación. El objetivo: facilitar al enoturista la búsqueda de una experienci­a sensorial y enológica que le saque de la rutina, de lo cotidiano, experiment­ar sensacione­s siendo el motivo o la excusa del viaje, el vino.

En este sentido, el enoturismo se clasifica en seis grandes bloques: enoturismo con alojamient­o, enoturismo al aire libre, enoturismo cultural, enoturismo de aventura, enoturismo gastronómi­co y enoturismo y juegos.

Los visitantes no compran vino, compra historias. Historias de generacion­es familiares luchando por el vino que bebemos en la copa vende. El diseño arquitectó­nico de la bodega, los fastuosos paisajes de viñedos y la gentileza de los responsabl­es de la bodega haciéndote sentir igual o mejor que en casa, crean un nexo de unión con la bodega que te alentará a comprar sus vinos allá donde vayas y los veas. »

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Escena campestre cada vez más habitual entre los viñedos que pueblan todo el territorio nacional.
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Varias escenas enoturísti­cas según los programas que organizan las bodegas para que la visita sea diversa y agradable.

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