¿Tienes arcilla? ¡Ahora hay verdura!

Un breve descanso para el estómago: aquí presentamos un plato principal sin carne que, en pequeñas cantidades, también resulta adecuado como guarnición para aves, vaca y cerdo. La verdura se asa en arcilla húmeda sobre las brasas (véase la receta en la página 166). Así, las zanahorias, el hinojo, las raíces de perejil y el apio se vuelven deliciosamente crujientes sin perder su propio aroma.

1 Coloca carbón vegetal sobre una hoguera bien asegurada y déjalo arder hasta que se convierta en brasa. Para ello, excava un hoyo de unos 15 cm de profundidad y rodéalo con grandes piedras del campo o de granito talladas. La brasa está lista cuando los tizones queden cubiertos por una capa de ceniza blanca. Entonces, distribuye las brasas uniformemente por la hoguera. 2 Los tubérculos se envuelven cuidadosamente en arcilla húmeda –¡Atención, practicar agujeros para que salga el vapor de agua!– y se colocan sobre las brasas. A continuación, con una pala cubrir la arcilla con una capa de carbón para que la verdura reciba suficiente calor por todos lados. Durante el proceso de asado pueden reventar partes de la arcilla, por eso no te quedes demasiado cerca del fuego.

3 Al cabo de una hora saca el paquete de la hoguera, pues ya se ha cocido formando un molde sólido. ¡Partirlo, sacar la verdura y disfrutarla!

COMPRA Como es natural, compras la verdura cada semana en el mercado o a los agricultores de la zona, ¿verdad? Eso, si no la cultivas tú mismo en el jardín. ¡Así se hace! Pero si el jardín está bajo la lluvia, el agricultor ha cerrado y el mercado no abre temprano por la mañana, también puedes comprar verdura fresca por Internet.