ALQUIMIA Jerezana
Los vermuts de la bodega Lustau (Jerez), con más de 120 años de historia, son producto de la tradición y el buen hacer de sus expertos. Los vinos con los que se elaboran son parte fundamental de su magia.
En el mundo del vermut tradicionalmente no se le daba importancia al vino ni a la variedad de uvas utilizadas. Lustau decidió cambiar esto. “Fuimos los primeros en volver a tener un vermut hecho con el vino de Jerez como protagonista explica Nuño Alonso, su Director de Marketing. Después nos han seguido las grandes casas de la zona”. Sus tres vermuts (rojo, blanco y rosado) llevan como base dos vinos de Jerez. “Uno seco (amontillado o fino) y otro dulce (Pedro Ximénez o moscatel), explica el capataz Sergio Martínez. En ellos se puede encontrar tres variedades de uva (palomino, Pedro Ximénez y moscatel) y dos crianzas de vino de Jerez (biológica y oxidativa). Nuestro vermut no lleva ni alcohol ni azucares añadidos. Frente al resto del mercado nuestro sistema de crianza nos permite poder seleccionar vinos de gran calidad y vejez”, relata Martínez.
Para conseguir la mejor extracción de los botánicos, éstos se maceran por separado en una mezcla hidroalcohólica. “Con esto conseguimos de cada uno de ellos sus mejores características, comenta el licorero Fernando Pérez. Posteriormente se incorporan al vino de Jerez, para que la combinación repose, adquiera consistencia y los matices se integren”.
EL UNIVERSO NATURAL de cada uno de sus vermuts incluye plantas aromáticas, semillas, cortezas de frutas, especias, raíces, flores, hierbas… entre las que se incluyen (por citar solo algunos) el ajenjo, la genciana, el cilantro o la naranja (rojo), la camomila, el romero, el tomillo o la salvia (blanco) o la nuez moscada, la vainilla, el cardamomo y la canela (rosado). “Todo ello y nuestros vinos tan especiales hacen de nuestros vermuts un producto muy singular”, concluye Alonso.