»CAJA DE CARTÓN
Es fácil de conseguir, es la opción más económica (generalmente gratis, basta pedir una en una tienda amiga) y a su vez cuenta con la ventaja de que podemos deshacernos de ella una vez ha cumplido su función, sin preocuparnos de dónde guardarla. Evidentemente no deja de ser una simple caja de cartón, por lo que la protección que ofrece a golpes, caídas en el transporte o con posibles pesos que le caigan encima, es la menor de todas. Conviene por tanto ser muy cautelosos con ella a la hora de embalar nuestra bici en su interior y protegerla.
Hay que tener en cuenta las dimensiones, ya que normalmente las compañías aéreas suelen imponer restricciones en este apartado, por lo que si has comprado un billete de avión consulta antes los límites permitidos. En caso de no tener límites o de que éstos sean muy holgados y puedas permitirte una caja muy grande (ojo si tienes que viajar después en metro u otro transporte público, ya que nos dará problemas) pide en tu tienda una caja de bici eléctrica: suelen ser bastante mayores y no necesitarás desmontar tantas partes de la bici. Es también la opción más ligera, entre unos 3 y 8 kilos, algo secundario a priori en una caja, pero no tanto si tenemos la opción de hacer que nuestra bici viaje como equipaje de bodega, en cuyo caso el límite normalmente es de 23 kg.