UNA CELEBRACIÓN MUY ESPECIAL.
Si te llamas BMW, puedes celebrar tu primer siglo de vida rodeado de tartas repletas de velas o festejarlo como de verdad se merecen tus invitados, a los que les ofreces varios modelos M para pilotar en un lugar sagrado y mágico para los ‘quemados’: Nürbu
BMW ha querido festejar el centenario de su nacimiento invitándonos a pasar una jornada de pruebas en Nürburgring con el M2 de 370 caballos y otros M Performance. Imposible resistirse.
El día antes de meterme en el avión con destino a Frankfurt, desde donde luego iré conduciendo hasta Nürburgring, vuelvo a repetir el ritual que hice cuando viajé hasta EEUU para probar el Mercedes-AMG GT S en Laguna Seca: por un lado, ver vídeos onboard; por otro, marcarme unas cuantas vueltas rápidas en la Xbox. Toda información es poca cuando vas a un circuito en el que nunca has rodado y más si se llama Nordschleife, mide casi 21 kilómetros y tiene 175 curvas.
Con delicadeza
Ahora que estoy a las puertas del mítico circuito con un M140i de 340 caballos, me vienen a la cabeza unas palabras del piloto Lucas Ordoñez: “Hay que dar 400 vueltas en el Ring para conocérselo”. Más presión todavía al venir de un tipo que de esto sabe un rato, ya que salió del mundo virtual de Gran Turismo y PlayStation y ahora no para de ganarlo todo en la vida real con el apoyo de la marca Nissan.
Así que, como te imaginarás, es imposible no estar nervioso cuando a mi lado hay un BMW M3 V8 que sale derrapando y veo por
el espejo retrovisor que estoy creando una caravana en la que soy el más ‘pobrecito’; un Porsche 911 GT3 RS y un Ferrari 458 Italia ‘meten’ el morro para que salga de una vez. Se nota que ellos no son primerizos y no comprenden que, cual abuelita, recorro los primeros metros con mucha suavidad principalmente porque la fina lluvia, que lleva presente desde la madrugada, no cesa. Un par de kilómetros más adelante son cuatro los coches que me han adelantado: el GT3 y el 458, además de un Suzuki Swift Sport de los que se alquilan en el exterior y un Mégane RS con barras antivuelco y una preparación atómica. “Si ellos pueden, yo también”, digo a modo de animación.
El miedo poco a poco va desapareciendo pero es inevitable no tener respeto al coche y al propio trazado porque, cualquier toque con las barreras, significa abrir la cartera para soltar mucho dinero –ver explicación “quien rompe, paga” de la izquierda–. Esa confianza con el M140i me lleva a dar un golpe de gas a la salida de una curva muy cerrada en bajada y con ligero peralte, lo que se traduce en una espectacular derrapada que creo graba algún espectador con su teléfono móvil de última generación. Seguro que estaba deseando que me saliese para colgar el vídeo en Youtube, porque en el Nordschleife hay expertos hasta para esto.
Los neumáticos semi
slicks de nuestro M2 no nos permiten ir muy rápidos en agua
Échame una mano
A punto de terminar, doy caza a los supercar que antes pasaron como aviones y es que a sus conductores no les ha quedado otra que levantar el pie debido a las complicaciones de la pista. Para que te hagas una idea, en los más de 10 minutos que dura esta toma de contacto, ha habido niebla, lluvia extrema, aguanieve y unos pocos rayos de sol. Imagínate a los ingenieros de la F-1 gestionando un GP en estas circunstancias; dimitirían automáticamente…
De vuelta al aparcamiento aprovechamos para ver los ‘aparatos’ que allí se concentran y unos cálculos rápidos arrojan que, ante nuestros ojos, hay apiñados varios millones de euros. Asimismo consultamos el tiempo y nos servimos de aplicaciones que muestran la evolución de la borrasca. En los minutos venideros dan previsión de una tormenta. Lejos de quedarnos sentados esperando a que la cosa mejore, ¿qué mejor situación
para comprobar las bondades de la tracción integral xDrive del M140i? En el propio acceso, los trabajadores del circuito aconsejan prudencia; ellos saben perfectamente que, en estas circunstancias, las probabilidades de sufrir un accidente se multiplican. Y no es de extrañar porque el asfalto se ha convertido en una pista de hielo. Ni siquiera el 4x4 garantiza la estabilidad al Serie 1, que baila de un lado a otro en el Infierno Verde; ahora entendemos por qué lo llaman así. Por si fuera poco, está prohibido aprovechar los pianos porque, lejos de ayudar a trazar las curvas, lo que hacen es ‘escupirnos’.
A Karrusel hay que entrar con decisión; tiene peralte y encima está muy bacheado
El plato fuerte
La lluvia se aleja de la zona boscosa en la que se encuentra Nürburgring y el sol, que hasta el momento ha estado escondido, calienta la pista y el ambiente como vemos en el termómetro, que por fin supera los 10º. Media hora basta para que la cosa mejore lo suficiente como para salir una última vez y lo hacemos con el M2 de 370 caballos. ¿Qué mejor cierre para esta espectacular vivencia?
Antes de ponernos en marcha nos recuerdan que nuestro ‘eme’ tiene neumáticos semi slicks, algo que no tenemos que olvidar en ningún momento porque el agarre, como ya sabemos, es comprometido. Pero el M2 son palabras mayores; los M140i y M140i xDrive se han comportado muy bien, pero no tienen nada que ver. El M2 tiene una forma de acelerar endiablada que representa fielmente el espíritu M Motorsport cuya sede, por cierto, está a unos kilómetros. Rápido en los cambios de apoyo, muy preciso, menos nervioso de lo que aparentaba… todo en el M2 está estudiado para ser rápido. Su caja de cambios automática también ayuda a tener ese carácter ya que, en el modo Sport, estira las revoluciones hasta las 8.000 vueltas, régimen al que incluso a veces llegan las reducciones más agresivas. ¿Qué deportivo de calle permite eso? Pocos, muy pocos…
Ni siquiera el asfalto bacheado o los dos Karrusel son problema para el M2, que se conoce bien el circuito porque aquí ha sido concebido entre las locuras de ingenieros y pilotos a sueldo de BMW. Así da gusto cumplir 100 años. ¡Felicidades!