El TFSI del Audi tiene una gran respuesta desde abajo y suena muy bien en aceleración
➥ De estas tres funciones que vienen predefinidas, la más racional es la Eco, aunque dada la limitación de potencia que existe –calculamos que en realidad bajo el pedal del acelerador disponemos de unos 100 caballos–, es preferible rodar siempre en Normal, y aún con esas, no lograremos acercarnos a los consumos oficiales si no ponemos en práctica los principios de la conducción eficiente –inercias, aceleraciones progresivas…–. Así el C-HR permite registros de entre cuatro y cinco litros a los 100, siendo incluso inferiores en ciudad gracias a las bondades de la hibridación, que permite una autonomía de unos tres kilómetros en eléctrico siempre y cuando las pilas de níquel hidruro estén cargadas. En esa distancia, corta a nuestro parecer, podemos alcanzar una velocidad máxima de 100 kilómetros/hora en llano o en bajada, pero a ese ritmo las baterías se vacían en apenas un minuto, por lo que de inmediato entra en funcionamiento el bloque gasolina. La posición Sport sólo es recomendable para adelantamientos o para usar en carreteras en las que se necesite cierta alegría, ya que entonces sí disponemos de los 122 caballos oficiales incrementando con ello el gasto en algunas décimas.
Otros puntos de vista
Para contrarrestar la tecnología de Toyota, fabricantes como Audi y Mazda optan por aprovechar el potencial que todavía existe en las mecánicas gasolina de sus Q2 y CX-3 pero cada uno lo hace a su manera: el primero con turbo y desconexión de cilindros; el segundo, mejorando la eficiencia de los bloques atmosféricos con otras soluciones que afectan al chasis. Comparados todos
ellos en tráfico real y haciendo un uso mixto por ciudad y autopista, el claro vencedor en cuanto a eficiencia es el C-HR por todo lo descrito anteriormente, seguido del Audi y del Mazda, que ocupa la última plaza.
El TFSI del alemán logra tener un buen empuje y contener la media cuando circula con dos cilindros, un prodigio técnico que únicamente se deja sentir en forma de leve tirón al pasar de dos a cuatro cilindros y viceversa. El Audi asimismo dispone de programas de conducción que, en el caso de contar con el cambio S tronic –1.110 euros–, permiten otra serie de maravillas como la navegación a vela, dejando el coche en ➥