Opel Insignia Grand Sport.
Una actualización muy esperada.
General Motors ha dejado una magistral carta de despedida en Opel que lleva por título Insignia Grand Sport y es todo un regalo para sus nuevos propietarios, el grupo PSA. Se trata de la segunda generación de un modelo exitoso, del que se han comercializado más de 900.000 unidades en nuestro continente y más de 76.000 en nuestro país, pero por dimensiones, formas y proporciones se asemeja más a modelos como el VW Arteon o el BMW Serie 4 Gran Coupé que con sus rivales tradicionales.
Su figura cupé llama la atención a primera vista y pese a que todas sus dimensiones han aumentado excepto la altura, en vivo no parece más grande y el interior tampoco resulta tan reducido. La novedad es un habitáculo más bajo que sitúa los asientos delanteros y traseros a una altura inferior, 30 milímetros en el caso de los primeros y 25 en los segundos respecto al Insignia anterior mientras que el espacio para las piernas de todos los ocupantes se ha incrementado, al igual que la capacidad total de un maletero que alcanza los 1.450 litros si anulamos las plazas posteriores. Con todas ellas dispo- nibles, no pasa de los 490, pero al menos las formas del cofre son regulares y el acceso exquisito, gracias a un portón trasero que ahora es de serie.
Pero bajo la nueva piel de este Insignia las modificaciones introducidas no han sido menores. En primer lugar, cuenta con una plataforma mecánica inédita,
denominada Epsilon 2 y compuesta por numerosos elementos de aluminio y acero reforzado que le permiten adelgazar 59 kilos por un lado y aumentar su rigidez torsional en un 9%, por el otro. De la misma forma, un motor 1.5 Turbo de gasolina ha venido a reemplazar al 1.6 ofreciéndose en potencias de 140 y 165 caballos y permitiendo una rebaja total del peso cifrada en 175 kilos para el Grand Sport y 200 en el Sport Tourer.
En cualquier caso, a nuestro juicio las novedades más interesantes son otras: la electrónica Flexride que permite modificar la respuesta de la suspensión, la dirección, el acelerador o el cambio de forma independiente, el propio cambio automático de ocho marchas y la tracción total preventiva, que elimina el diferencial central para dar cabida a un nuevo elemento denominado twinster y capacitado para llevar el par hasta el eje trasero antes de que perdamos agarre en el delantero.
Con semejante compendio técnico, el Insignia Grand Sport no es que lo parezca, es que está a la altura de las berlinas más dinámicas y sofisticadas del momento.