SEGURIDAD A GOLPES
Los dummies o maniquíes antropomórficos son esos ‘muñecos’ que vemos retorcerse en las pruebas de choque. Unos sofisticados y sufridos pasajeros que han salvado muchas vidas… # P. BERRIO CAR AND DRIVER/GUETTY
Estamos acostumbrados a ver las fotos y los vídeos de las pruebas de choque y nos fijamos en cómo quedan los coches tras el impacto, pero la verdad es que sin la información que aportan los inmóviles ocupantes de los coches en esas pruebas, los resultados no serían de mucha relevancia ya que no aportarían información sobre las consecuencias del impacto sobre el cuerpo humano. Y ahí es donde reside la importancia de esos sofisticados y caros maniquíes.
Los dummies están realizados en acero, aluminio y caucho, con una ‘piel’ exterior que simula la humana. Todas sus articulaciones están diseñadas para aproximarse lo más posible a las de una persona, reproduciendo los mismos giros y movimientos que podrían sufrir un humano.
Pero lo realmente importante no es el exterior sino todos los sensores que llevan en su interior y que miden las fuerzas, deceleraciones, torsiones y movimientos que sufriría un cuerpo humano en un acciden- te. Todos esos datos se registran en una especie de ‘caja negra’ que va instalada en el mismo vehículo y que es la verdadera fuente de información acerca de la seguridad pasiva de la automoción. El número de estos sensores varía en función del tipo de maniquí y del impacto que se quiere estudiar pero la media es de unos 40 sensores, como mínimo.
Diferentes tipos
La variedad es muy amplia porque hay numerosas evoluciones pero básicamente son de cuatro tipos. Los Hybrid III que son los más conocidos y se utilizan para las pruebas de choque frontales, los EuroSid-I –empleados para los impactos
laterales–, los CRABI –que empezaron a usarse en 1993 y son los de niño– y, finalmente, los BIORID que se utilizan para analizar los choques traseros. Las diferencias entre uno y otro modelo está principalmente en el número de sensores y su colocación en función del tipo de impacto que se quiere estudiar. El precio de cada uno de estos dummies supera ampliamente los 100.000 euros y están en continua evolución, como lo está la electrónica, mejorando su capacidad de análisis gracias a nuevos sensores y sistemas de análisis y medición.
Un curiosidad es que en este ambiente de tanta tecnología y sofisticación, el sistema para detectar el punto de impacto del cuerpo con el coche en un choque es bastante rudimentario: maquillaje de diferentes colores que se aplica en los dummies, por ejemplo cara y hombros, y que queda impregnado en los airbags o en diferentes partes del habitáculo para saber con certeza dónde se ha golpeado.
Los modelos digitales
Para reducir los elevados costes que suponen las pruebas de choque y es - tos maniquíes, se han creado también los dummies digitales, capaces de reproducir, al igual que ya se hace con las pruebas de choque digitales, las consecuencias de un accidente en l a pantal l a de un or denador.
El más conocido es el llamado Humos con una anatomía variable y capaz de analizar tipos de fracturas y deformaciones del cuerpo humano que con los modelos reales no se pueden estudiar.
Pero los dummies no solamente se utilizan en las pruebas de choque de automóviles. Estos maniquíes, tanto físicos como digitales, se emplean también en toda clase de artilugios que se muevan y que transporten seres humanos, como barcos y hasta en el diseño de las montañas rusas y otras atracciones.
Nuevas adaptaciones
Los dummies se diseñan para adaptarse al mayor porcentaje posible de la población, lo que se llama percentil, pero es imposible cubrir todo el espectro de las diferentes anatomías humanas. En los últimos años la obesidad, la epidemia de los países occidentales, también ha llegado a los dummies para encajar mejor en las características de la población, que en el caso de Norteamérica afecta ya a más del 40% de los habitantes. Por ello ya se han creado maniquíes con un índice de masa corporal de 35, lo que equivaldría a un español de 1,73 metros de estatura y nada menos que 105 kilogramos de peso.
Los niños no quedan fuera de este problema y también se trabaja ya en el diseño dedum mi es infantiles con unos cuantos kilos de más en su cuerpo, algo que hace todavía más complejo el diseño y la eficacia de los sistemas de retención de los vehículos.
Los dummies están llenos de sensores que ofrecen una valiosa información