Peugeot 308 GTi.
Eficacia y diversión.
Ni las tormentas de verano quisieron perderse el debut del renovado Peugeot 308 GTi en el circuito de Ascari. Curioso, fue pisar el asfalto rondeño y parar de llover… ¿Miedo? No lo creemos, aunque es verdad que este francés impone más respeto del que imaginas por todo el arsenal que esconde. Se trata de un coche con una calidad de fabricación realmente destacable y al nivel de los mejores del segmento, con una puesta a punto casi de carreras en la que sobresalen el motor de 270 caballos y el autoblocante mecánico tipo Torsen, puestos a punto por Peugeot Sport. Tampoco hay que olvidarse del equipamiento tecnológico, en el que no faltan los faros adaptativos de led o las últimas ayudas a la conducción.
Si ponemos todo esto en la pista, el 308 deja atrás su lado más versátil para convertirse es un 'aparato' serio, capaz de devorar metros con una agilidad envidiable para tratarse de un automóvil de unas digamos que considerables dimensiones. De hecho, se mueve con soltura incluso cuando vemos que el cuentarrevoluciones llega a 6.000 vueltas, un cuadro todo sea dicho de paso que gira en sentido contrario al normal, por lo que requiere cierto período de adaptación puesto que a veces pensamos que algo no va bien.
De vuelta a la dinámica, el contenido peso juega a su favor porque, a pesar de tener un 'morro' bastante más nervioso de lo esperado, se maneja con una soltura envidiable incluso si cometes un error y entras colado en las cur- vas. En circunstancias del estilo, el diferencial se encarga de ayudar para que giremos el volante y sigamos acelerando a la vez.
Hasta aquí todo normal pero, ¿qué pasa si seleccionamos el modo Sport a través del botón ubicado tras el pomo del cambio manual? Además de variar el color de la instrumentación de blanco a rojo y apreciarse un incremento en el ruido del propulsor –en realidad es artificial ya que se reproduce a través de los altavoces–, la respuesta al gas es ante todo más viva. Ahora sí estamos en disposición de afirmar que disponemos de los 270 caballos que homologa el fabricante. A final de recta de meta nos damos cuenta de ello porque llegamos con unos 20 kilómetros/hora más de punta, una velocidad
que no supone el más mínimo problema para los frenos, que detienen con energía al 308 incluso tras varias vueltas a un nivel exigente. Lo que sí echamos en falta es algo más de precisión en la caja de cambios, ya que en las reducciones a veces el guiado de la palanca nos resulta impreciso en los saltos de las marchas impares a las pares.
No se puede pedir más
En realidad, este GTi es prácticamente calcado al anterior al no haber ninguna variación mecánica de por medio; ni siquiera se ha producido una potenciación de su cuatro cilindros turbo gasolina, como sí ha hecho su competencia directa. Las únicas novedades con las que se presenta esta versión afectan al diseño del frontal, con paragolpes más agresivos y tomas de aireación más voluminosas, y al equipo multimedia, con una navegación mejorada. Vista la efectividad que demuestra en las situaciones más exigentes, ¿para qué cambiar algo que funciona y encima a este nivel?