Peugeot 308.
Salto cualitativo.
La reciente actualización del Golf ha obligado a sus principales rivales a ponerse las pilas. Éste es el caso del 308, uno de los únicos coches del mercado capaces de hacerle sombra, fundamentalmente por su estética y por una calidad de fabricación muy cuidada.
Es cierto que en materia mecánica es superado por el alemán, que ofrece argumentos inexistentes en el francés como la tracción integral o la suspensión de tarado regulable. Pero sobre el asfalto debemos rendirnos a la imagen del felino, más atractiva y personal.
El nuevo frontal resulta más agresivo gracias a las modificaciones recibidas por los grupos ópticos, que incluye una firma diurna moderna, y por un capó con nerva- duras más marcadas y tres tomas de aire que aportan una imagen más deportiva. En el lateral destaca la portezuela del depósito de combustible de mayor tamaño para albergar la boca de repostaje del Ad Blue y en la trasera también se rediseña la iluminación.
Estamos de estreno
El salpicadero queda ahora presidido por una gran pantalla multimedia de 9,7 pulgadas de funcionamiento táctil preciso y sencillo, mientras que se mantiene la peculiar posición de conducción estrenada por el 208 hace años, que se carateriza por un volante muy bajo y tan pequeño como el de un kart. Es cierto que requiere de cierto periodo de 'aclimatación' pero en cuanto nos aconstumbramos quedamos encantados por la agilidad y rapidez con que se maneja el renovado 308.
La gama de motores crece para adecuarse a la inminente normativa Euro 6C que entra en funcionamiento a final de año. Para ello el bloque gasolina de 130 caballos recibe modificaciones que reducen las emisiones en un 4%, mientras que nace un bloque Blue Hdi que, con 130 caballos, es una verdadera delicia en materia de empuje y de funcionamiento suave. En ambos casos se acompaña de una inédita caja de cambios manual de seis velocidades muy ligera y rápida en su manejo que poco a poco se extenderá al resto de la familia.