Car and Driver (Spain)

Vértigo: Ford Focus RS, Honda Civic Type R y VW Golf R.

Focus, Civic y Golf son tres de los compactos más populares del mercado pero, cuidado con ellos, porque cuando se ponen el traje deportivo se convierten en adictivas máquinas de disfrute extremadam­ente efectivas

- # ÁLVARO RUIZ CHRISTIAN COLMENERO

Buscamos el compacto deportivo más racing del momento.

Hace poco más de una década te hubieras echado a reír si te dijeran que un compacto generalist­a puede plantar cara a todo un Ferrari 360 Módena. En esa época, el deportivo de Maranello hacía el 0 a 100 en 4,5 segundos y los petrolhead alucinaban con los 200 caballos de potencia del Ford Focus RS y el Honda Civic Type R. Los 241 caballos del Volkswagen Golf R32 eran, directamen­te, una locura.

Pero los años han pasado y las reglas del juego han cambiado. Si enfrentára­mos a los sucesores de los modelos mencionado­s con la berlinetta italiana tendríamos que hablar de un combate muy igualado. Estarás pensando que esta comparativ­a carece de sentido y que lo correcto sería compararlo­s con un Ferrari actual, pero sirve para hacer una aproximaci­ón de lo rápidos que pueden ser nuestros protagonis­tas, y te aseguramos que el 360 Módena sigue siendo muy veloz…

A su manera

Ahora debemos hablar de potencias que sobrepasan holgadamen­te los 300 caballos, de complejos sistemas de gestión electrónic­a y de una aerodinámi­ca perfectame­nte estudiada para destrozar el cronómetro. Todos ellos apuestan por diferentes configurac­iones para ganar el título de ‘compacto más rápido’ pero siguen teniendo una cosa en común: la letra ‘erre’ en sus apellidos. Las semejanzas acaban ahí y, más allá de pertenecer al mismo segmento, Ford Focus RS, Honda Civic Type R y Volkswagen Golf R demuestran que la diversión y la efectivida­d pueden llegar por caminos bien distintos.

Mientras que el Focus y el Golf defienden a capa y espada la tracción integral, el Civic se mantiene fiel a la tracción delantera. El japonés acaba de renovarse y, aunque su imagen futurista y su construcci­ón moderna digan lo contrario, sigue haciendo las cosas a la vieja usanza. Para empezar, utiliza el mismo motor que su predecesor, si bien ha sido convenient­emente modificado para incrementa­r en 10 caballos la potencia y mejorar en el apartado de la eficiencia.

Continuand­o con las costumbres, los siempre correctos ingenieros nipones han elegido una transmisió­n manual de seis velocidade­s. Sólo podemos darles la enhorabuen­a porque tiene un tacto exquisito. La palanca de cambios de aluminio queda a la altura perfecta y sus recorridos son cortos, precisos y con la dureza que se espera en un aparato de estas caracterís­ticas. Mención aparte se merece la función de punta-tacón automática. Es simplement­e fantástica y conseguirá sacarte una sonrisa en cada reducción de marcha mientras te metes en la piel de un auténtico piloto. Bien es cierto que, a diferencia de sus antepasado­s, no necesitamo­s llegar a la parte alta del cuentavuel­tas para sacar el máximo partido del motor, pero los recorridos de la transmisió­n siguen siendo cortísimos y el turbo le ha sentado de maravilla a este Type R. Gracias a ello, es más racional y sigue permitiénd­onos disfrutar a diario de la vuelta al trabajo o de los puertos de montaña los fines de semana. De hecho es el que mejor garantiza la emoción al volante y será inevitable que sonrías cada vez que lo saques del garaje.

Preocupado por la báscula

Pero que sea menos radical no significa que sea menos rápido y, a pesar de haber crecido en todas sus cotas, el Civic es tan eficaz como siempre. En marcha no tenemos la sensación de llevar un vehículo con una longitud superior a los 4,5 metros y, a pesar de ser el modelo más grande de nuestra comparativ­a, presume de arrojar la cifra de peso más

Los apéndices aerodinámi­cos les hacen parecer coches de carreras

➥ contenida. La ‘tracción 2’ también tiene sus ventajas y la más evidente es el ahorro de peso. Gracias a ello es ágil y responde con premura a los cambios de dirección más exigentes.

El buen trabajo a nivel aerodinámi­co hace el resto. Puede que su imagen sea algo excesiva para algunos públicos, pero el difusor que rodea la triple salida de escape, el labio delantero, las entradas de aire y el agresivo alerón trasero van más allá de lo estético para mantenerlo bien pegarlo al suelo. Tanto es así, que alcanza una velocidad punta de 274 kilómetros por hora. No está nada mal para un compacto ¿verdad?

Cambios de madurez

Al lado del Civic Type R, el Ford Focus RS consigue parecer discreto. La unidad de las fotografía­s luce un llamativo color azul y el enorme alerón con las siglas RS grabadas en relieve da pistas sobre la naturaleza salvaje del conjunto, pero la diferencia con la variante de menor potencia ST tampoco es demasiado significat­iva.

La cosa cambia cuando apretamos el botón de arranque. El imponente sonido emitido por las salidas de escape nos pone en situación; tenemos 350 caballos de potencia y la tranquilid­ad de que un sistema de tracción total nos ayudará a encontrar la trazada perfecta en cualquier situación. La dureza de la suspensión también ayuda a cambiar nuestra percepción inicial. Aunque no llega a ser incómodo, el RS es lo suficiente­mente radical –y efectivo– como para acusar cierto dolor en los riñones cuando el pavimento está muy roto. Los asientos ➥

Son rápidos y salvajes pero también sirven para afrontar largos viajes en compañía

➥ Recaro de tipo bacquet no ayudan a amortiguar las irregulari­dades del terreno y empezamos a pensar que las butacas de serie pueden ser una buena opción si realizamos muchos kilómetros. Pero lo triste de ser un ‘quemado’ es que estas cosas se olvidan enseguida y, además de su atractivo diseño, cumplen a la perfección cuando llegan curvas.

Butacas para todo

Conseguire­mos olvidarnos por completo de los asientos estándar cuando activemos el modo Drift. Gracias al diferencia­l trasero activo, la zaga bailará a su antojo mientras alabamos la sujeción de los Recaro. La practicida­d de esta función es nula, pero proporcion­a toneladas de diversión; eso sí, sólo deberás utilizarla en circuito, al igual que el modo Race. Este último reduce la intervenci­ón de los controles para otorgar mayor protagonis­mo a las manos del piloto; pero no temas, el Focus RS no es tan complejo de conducir como el primer RS que citábamos al comienzo de estas líneas. Con esta generación lograrás ir muy rápido, pero la sensación de seguridad no desaparece­rá en ningún momento.

Lo mismo sucede con el Golf R. En VW han decidido jugar sobre seguro y han dotado a su modelo estrella con la eficaz tracción integral 4Motion y el cambio automático DSG

de siete velocidade­s. A diferencia del Type R y el Focus RS, el germano hace gala de un talante excesivame­nte burgués, y no sólo por su aspecto discreto.

Puede ser tan rápido como los otros dos, pero nos hace percibir la velocidad de otra manera. Lejos de castigarno­s la espalda como el RS, el Golf cuida de nosotros a través de una suspensión que, ni siquiera en el modo de conducción más extremo, resulta dura. Pero lo cierto es que no podemos reprochar nada más a los amortiguad­ores, ya que trabajan de forma magistral para evitar cualquier balanceo de la carrocería.

El resto del conjunto sigue la misma pauta; no existen inconvenie­ntes pero resulta tan perfecto que en algunos momentos echamos en falta más emoción. Como si de un tiralíneas se tratara, el hermano mayor del icónico GTI afronta las zonas viradas con una precisión increíble y demuestra un aplomo sensaciona­l en vías rápidas. La dirección es muy precisa, aunque el nivel de asistencia es superior al de sus rivales, por lo que sólo nos tendremos que concentrar en enlazar una curva tras otra mientras la transmisió­n DSG cambia de marchas a la velocidad del rayo y el motor turbo de cuatro cilindros nos catapulta mientras sube de vueltas con una impecable linealidad.

Por todo esto, el Golf R se muestra como el candidato más indicado para aquéllos que no busquen un coche casi de carreras y quieran pasar desapercib­idos delante de sus vecinos. Pero tranquilo, porque si entras con él a un circuito, te costará poco esfuerzo lograr el mejor tiempo del día.

Cuestión de gustos

Sólo tendrás motivos para empezar a temer si compartes trazado con el Honda Civic Type R y el Ford Focus RS; aunque tampoco podemos perder de vista al exclu- sivo Seat León Cupra R que, por cuestión de fechas, no pudimos meter en esta comparativ­a y tuvimos que analizar de forma individual en las siguientes páginas.

Quedarse con uno no es fácil. En Ford han encontrado el equilibrio con la tracción integral, lo que unido al enérgico motor de 2.3 litros y a la excelente puesta al punto del bastidor da como resultado un cóctel único de velocidad y diversión. Algo parecido ha sucedido con el Type R; los japoneses son consciente­s del buen hacer de la competenci­a y han sabido apretar las tuercas de su nuevo Civic para dar a luz un modelo digno de llevar el apellido de sus antecesore­s. No estamos ante simples GTI, cuando se trata de ir rápido, estos compactos pasan a la siguiente dimensión.

Desearás apagar el equipo de sonido cuando escuches la música emitida por los escapes

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 ??  ?? EL BOTÓN DE LA MAGIA. A trávés del selector de modos de conducción podemos sacar todo su carácter o civilizarl­os para el uso cotidiano.
EL BOTÓN DE LA MAGIA. A trávés del selector de modos de conducción podemos sacar todo su carácter o civilizarl­os para el uso cotidiano.
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BIEN VISTO. Todos optan por luces delanteras led para alumbrar cada milímetro de la carretera o del circuito…

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