Prueba a fondo: Mitsubishi Outlander PHEV.
Lo disfrutamos en la Madrid Horse Week.
En disciplinas como la hípica o el ciclismo de montaña es donde los SUV cobran su verdadera dimensión; consciente de ellos, Mitsubishi se ha convertido en patrocinador de la Madrid Horse Week, uno de los acontecimientos ecuestres más importantes de nuestro país que reúne a los mejores jinetes y caballos de salto del pano- rama internacional. En estas condiciones nada mejor que un Outlander PHEV, en su última actualización 2017 como compañero de aventuras, especialmente en su variante PHEV 'eco friendly'. Con un consumo medio homologado de sólo 1,7 litros a los 100 y unas emisiones minúsculas, es difícil encontrar mejor aliado a la hora de tirar de un van o similar. Aunque a decir verdad, este consumo medio sólo lo lograremos en recorridos cortos y con las baterías al 100%, por lo cual no resulta extrapolable a un uso cotidiano, donde podemos hablar no de un consumo medio inferior a un Diesel, sino de un coste de utilización por kilómetro inferior, a lo que hay que añadir ventajas como el ➥ MITSUBISHI OUTLANDER PHEV KAITEKI 203 CV 48.400 €
poder circular por cascos urbanos cerrados a vehículos de combustión tradicional, como ocurre en Madrid durante los episodios de alta contaminación. Con mínimas variaciones estéticas, la variante 2017 aumenta el rendimiento de los motores eléctricos, con una autonomía que ahora alcanza unos teóricos 54 kilómetros, a la vez que mejora la puesta a punto de la suspensión y la estabilidad direccional del Outlander, todo ello reduciendo aún más la sonoridad.
Y es cierto que lo primero que llama la atención en el Outlander PHEV es el bajo nivel de ruidos que llegan al habitáculo. Tanto en carretera como en ciudad, el silencio de rodadura es excelente, incluso circulando con el motor térmico en funcionamiento.
Así es su mecánica
Sobre el papel el esquema híbrido puede resultar algo complicado, pues cuenta con un motor térmico de ciclo Atkison –de elevada eficiencia– y dos eléctricos, uno en el eje delantero y otro en el trasero, logrando así el 4x4. Entre los tres suman una potencia final de 203 caballos, aunque rara vez entra el trío en funcionamiento. Los modos de actuación hacen que el motor gasolina sirva tanto para impulsarnos como para generar electricidad que mueva los propulsores eléctricos. De hecho, ésta es una de sus mayor virtudes, pues incluso en parado disponemos de un botón llamado Charge que recarga la batería haciendo uso del bloque de cuatro cilindros.
Traducido a un uso cotidiano, todo es mucho más sencillo de lo que parece. De hecho, podemos optar por arrancar el PHEV y salir andando sin preocuparnos por nada más, en estas condiciones la suavidad de funcionamiento y la comodidad es su cualidad fundamental, lo que nos permite viajar con total confort. Siempre se da prioridad a los motores eléctricos si tenemos carga en la batería –homologa 54 kilómetros de autonomía– y circulamos por debajo de 120 kilómetros/hora. Una vez en movimiento, la centralita del coche se encarga de ir arrancando y apagando el motor gasolina para aumentar la carga de la batería o para impulsarnos cuando nos hace falta más empuje en adelantamientos.
En paralelo, y si el conductor quiere ser cómplice del Outlander para lograr consumos realmente bajos, disponemos de un modo de regeneración de energía en las deceleraciones con cinco grados de actuación y que activamos a través de las levas del volante, lo que hace las veces de freno motor y permite recuperar carga eléctrica a partir del rozamiento. Un juego que implica pericia para intentar detener el coche en semáforos o similares sin tocar el pedal del freno.
La posibilidad de enchufarlo y recargar sus baterías en cinco horas en un punto de luz convencional es otra de sus mejores ventajas frente a la competencia directa y que lo convierte en una pieza única en el segmento de los SUV de precio medio.
Las baterías permiten una autonomía eléctrica de 50 kilómetros