Porsche 718 Boxster GTS.
Esas tres letras detrás del nombre de cualquier Porsche indican que nos encontramos con algo muy especial y el nuevo 718 Boxster no iba a ser una excepción. Y no sólo hablamos de potencia…
Además de estética, cuenta con una puesta a punto específica.
Los 15 caballos más de potencia que ofrece el 718 Boxster GTS con respecto al S suponen 15.000 euros más de precio. 1.000 euros el caballo resulta un precio algo elevado incluso en un Porsche, pero sería injusto reducir el atractivo del Boxster GTS sólo a esas escuetas cifras porque ofrece mucho más que 15 caballos suplementarios. Digamos que, por ahora, los GTS son los 718 más excitantes hasta la llegada del GT4.
El negro es el protagonista en todos los detalles, desde las inscripciones exteriores hasta las llantas, pasando por el fondo de los faros y pilotos y, por supuesto, la doble salida de escape centrada en la parte posterior. En el habitáculo, el Alcántara es el material que está más en contacto con el cuerpo de los ocupantes, como la parte central de los asientos deportivos con regulación eléctrica, los reposabrazos o el volante. Para los más exigentes existe un paquete GTS que personaliza más el interior, con pequeños toques de color, y la posibilidad de montar los asientos deportivos bacquet, casi de competición.
Equipamiento especial
Pero las siglas GTS también significan más equipo de serie para que las prestaciones en curva sean tan elevadas como las que consigue su motor en línea recta y para ello los GTS cuentan con dos elementos de serie y que son opcionales en el resto de la gama 718: la suspensión activa PASM y el Porsche Torque Vectoring. El conductor puede elegir entre dos posibles reglajes de la dureza de suspensión, aunque el sistema se adapta de forma automática a las condiciones del firme y de
la conducción. Asimismo es posible pedir el chasis deportivo opcional que reduce la altura de la carrocería en 10 milímetros. El Porsche Toque Vectoring actúa sobre el diferencial autoblocante trasero para conseguir una perfecta tracción y lo hace permitiendo un preciso reparto de par entre cada rueda trasera, lo que se traduce en una mejora en el agarre en curva.
Más potencia, más GTS
El motor sigue siendo el cuatro cilindros Bóxer de 2.5 litros empleado en el resto de la familia 718, situado en posición central, y que gracias a una nueva admisión y a una mayor presión de sobrealimentación, llega hasta los 365 caballos con un par motor de 42,8 kilográmetros con el cambio manual y de 43,8 con el automático PDK. Éste es de doble embrague y siete relaciones –el manual es de seis– y también es el responsable de las diferencias en prestaciones y consumos, con ventaja para el PDK, que acelera de 0 a 100 en 4,6 con caja manual y 4,1 con cambio automático en el modo Sport Plus. Los 718 Boxster y Cayman pesan y consumen lo mismo, 9 litros de media el manual y 8,2 el PDK y eso que el cambio automático añade 30 kilogramos más de peso. Los frenos de serie de 330 milímetros de diámetro delante y 299 detrás se pueden 'sustituir' por los cerámicos opcionales, identificables rápidamente gracias a sus características pinzas de color amarillo que resaltan sobre las llantas de 20 pulgadas en color negro satinado. Además, el equipo multimedia PCM también es de serie en los 718 GTS y ahora incluye la Porsche Track Precision, una app para teléfonos de última generación que permite registrar y analizar los datos de vuelta en circuito al estar conectada con el vehículo.
En el precioso trazado de Ascari pudimos ponernos a los mandos del 718 Boxster GTS con PDK y comprobar la sorprendente eficacia del programa Sport del PSM. Cuando empieza a actuar lo hace con absoluta suavidad, permitiendo un ligero deslizamiento de la parte trasera, sin brusquedades y controlando la situación de una forma tan perfecta que parece que es el conductor el que lo gestiona todo, para alimentar el ego del que está al volante. No nos cansamos de elogiar el funcionamiento del cambio PDK, tan perfecto que se adelanta a lo
que piensa el que conduce, lo que hace innecesarias las levas, incluso en circuito. La dirección eléctrica, precisa, rápida y bien calibrada, trabaja en perfecta sintonía con el chasis y la electrónica, creando un cúmulo de sensaciones intensas, pero siempre haciendo que el conductor se sienta seguro incluso en una situación en la que parece llegar a su límite.
Es difícil sacarle 'peros' a un coche con el que se disfruta tanto. ¿Precio? ¿Poco espacio interior? ¿Consumo en conducción deportiva? Sí, pero es un Porsche.
Al volante del Boxster todo queda a mano, como hecho a medida