Vestir los clásicos es un arte
El decorador parisino Tristán Auer crea una división para rediseñar los interiores de los vehículos más valiosos sin escatimar en detalles
Tristán Auer es un reconocido diseñador de interiores de hoteles de lujo como el Louvre o el Crillon en París, de villas residenciales de prestigio y de muebles vanguardistas. Pero el creador parisino es también un apasionado del automóvil y coleccionista de clásicos. Para Auer el habitáculo de un automóvil es igual que un hogar, un espacio que debe reflejar los gustos, la personalidad y el estilo de vida de su propietario. Ve el interior de un vehículo como algo que se siente, más allá de la estética exterior y las prestaciones y emociones que pueda proporcionar el automóvil. El habitáculo es un espacio sensorial en el que vivir nuevas sensaciones y que tiene que ser algo muy personal aunque acorde a las necesidades ergonómicas y técnicas de la conducción. Por eso ha creado Car Tailoring, una división de su empresa que se va a dedicar a ‘vestir’ el interior de vehículos clásicos siguiendo las peticiones y los gustos de sus clientes. Su primer trabajo ha sido dar una nueva personalidad al
cockpit de su Ferrari 308 GT4 de 1974. Auer ha revestido el interior de su clásico con un perfecta combinación de cuero de la mejor calidad y tejido de cachemir en los asientos y paneles de puertas. El ante natural del mismo tono recubre el salpicadero y la consola central; la moqueta de lana de gran espesor tapa todo el piso del clásico italiano. Para completar su realización, Tristán Auer ofrece un completo equipo de viaje compuesto por maletas y bolsas de fin de semana realizadas con los mismos materiales empleados en los asientos. Esta filosofía se puede aplicar también a un barco o a un avión, ya que para Auer cualquier espacio necesita ser adaptado a los gustos de quien va a disfrutarlo, donde se van a canalizar emociones y experiencias multisensoriales.