Prueba a fondo: BMW Serie 6 GT.
Existen pocas alternativas para viajar más lejos, rápido y cómodo que este BMW. Disfrutando además de una estética sublime y un nivel de equipamiento incomparable
Alfombra voladora para toda la familia.
Si un domingo cualquiera decidiera irme a tomar el aperitivo a los Campos Elíseos de París saliendo de madrugada desde la plaza de Castila de Madrid, no cabe la menor duda de que este precioso BMW sería una de mis primeras alternativas. Afortunadamente no tengo la menor intención de acabar entre rejas, por lo cual esto no deja de ser una mera hipótesis que jamás llevaré a cabo. Pero si tu intención y necesidad es viajar por autopista con una comodidad regia, disfrutando de cada kilómetro de la ruta, existen pocas alternativas a este Gran Turismo que encarna la esencia de este tipo de vehículos. Cuenta además con el plus de presencia, empaque y distinción que se le exige para llegar a cualquier restaurante o local de moda y ser el centro de atención al bajarse de semejante bicho, con una estética realmente espectacular y unas posibilidades de personalización exterior e interior infinitas.
¿Sólo ocho horas?
Es precisamente en un viaje como el París-Madrid de casi 1.300 kilómetros, que cubriríamos en unas 12 horas si cumplimos con toda la legislación de tráfico y la racionalidad recomenda- bles, donde salen a relucir sus virtudes, que son de tal calibre que podríamos plantearnos hacerlo en menos de ocho horas, con una única parada para repostar combustible y vaciar la vejiga. No debemos olvidar que su autonomía, superior a los 1.000 kilómetros, es otra de sus virtudes más importantes; y es que por mucha moda gasolina que nos invada los motores turbodiésel han alcanzado tal nivel de refinamiento y parquedad en los consumos que en un ejercicio de racionalidad son capaces de arrinconar sin discusión a los mejores bloques gasolina.