Porsche Cayenne E-Hybrid.
3,2 a los 100.
Un Porsche que no hace ruido. ¿Está todo bien? No se habrá roto nada, ¿verdad? Esto es lo que le sucede a quien se sube en la versión más eficiente del Cayenne y desconoce que es híbrida enchufable. En realidad no es difícil tener ese tipo de sentimientos en un vehículo así porque, seamos realistas, todo el que se monta en un Porsche, espera deportividad y no bajos consumos. Pero, ¿acaso crees que el E-Hybrid es lento o torpe? Acelera de 0 a 100 en cinco segundos, casi como un 911 Carrera, y es capaz de marcarse unos tramos de montaña con mucha soltura a pesar de que la distancia al suelo es muy superior a la del famoso cupé alemán. Porque si hay algo que se ha respetado en el Cayenne E-Hybrid, aun anunciando un consumo medio de 3,2 litros a los 100, es el dinamismo, con un tarado de amortiguación confortable para circular por autopistas y firme cuando toca enfrentarse a las curvas; así es la magia de la electrónica…
Lo realmente importante en el SUV germano es que llega a circular un máximo de 44 kilómetros en eléctrico gracias ➥
al sistema que monta. Un mecanismo que utiliza baterías de iones de litio, con una capacidad de 14 kWh, un 30% más que la anterior versión híbrida del Cayenne, que data de 2014. Al ir colocada bajo el piso del maletero, éste pierde un poco de capacidad –125 litros–, aunque el volumen restante sigue siendo sobresaliente –645 litros–. Unas pilas que, en conjunto, pesan 130 kilos y que se cargan en algo menos de ocho horas en un enchufe doméstico, tiempo que se reduce a sólo dos horas y media si se utiliza un wallbox. Por protección de la misma, el nivel de carga oscila entre el 15% y el 95%.
Nada al azar
Independientemente de la complejidad técnica del sistema, la forma de manejarlo en marcha es fácil, ya que se hace a través de la ruleta circular ubicado en la parte inferior del volante. Si deseamos rodar en modo totalmente eléctrico –letra E–, deberemos seleccionar el programa E-Power. La respuesta del propulsor es increíble, ya que es capaz de ponerse a 135 kilómetros/hora sin consumir combustible y sin que echemos en falta más caballos bajo el acelerador. Por funcionamiento, además de ser válido para ciudad, también lo es para ir por carretera. Lástima que, como sucede en otros automóviles de estas características, la autonomía baja más rápido que el kilometraje recorrido aunque, por fortuna, el coche se recarga muy lentamente en marcha aprovechando inercias y deceleraciones.
Si queremos que sea el propio vehículo el que tome el control de todo, la opción es Hybrid Auto –H–. A través de ella, el conductor sólo se preocupa de disfrutar al volante, sabiendo que el Cayenne va a decidir por nosotros. Cuando lo crea conveniente porque se dan las circunstancias, utilizará la unidad eléctrica, sólo el gasolina o recurrirá a ambos ante una fuerte demanda de potencia.
Para disfrutar de verdad están las funciones Sport y Sport + –S y S+ respectivamente–, que obligan al V6 a estar siempre encendido. Evidentemente el ahorro energético pasa a un segundo plano en pro de las máximas prestaciones. ¿Recuerdas que al principio dijimos que el Cayenne E-Hybrid es un Porsche? Pues eso. Además, el bloque de combustión trabaja en un segundo plano para generar electricidad y recargar las baterías para cuando se necesite más adelante.
Incuestionable
Más allá del programa elegido, a los mandos de este Cayenne nunca se perciben tirones o malas respuestas, principalmente por el buen hacer mecánico y por el aislamiento acústico. No olvidemos tampoco
que el E-Hybrid es un SUV tan lujoso como espacioso, en el que no hay nada que desentone, ni por acabados ni por funcionalidad, a costa de sumar extras. Además, estrena multitud de gadgets que no estaban disponibles hasta el momento, como un Head Up Display en color, convirtiéndose en el primer Porsche que lo ofrece.