Car and Driver (Spain)

Prueba a fondo: Porsche Cayenne S.

El 911 pero con la altura al suelo elevada.

- IVÁN MINGO C. COLMENERO

Cuando en 2002 logramos probar una de las primeras unidades del Porsche Cayenne que pisaba España, nuestro objetivo era responder a una pregunta: ¿estamos ante un Porsche de pura cepa? En ese momento, y tras dos días de exigentes tests junto a nuestro editor por aquél entonces, Emilio de Villota, la respuesta fue concluyent­e: sí es un Porsche, pero no es un 911. Hoy, al volante de la tercera generación lo matizaría diciendo "no es un 911 pero se parece mucho". Estamos ante el hermano SUV del 911, resulta insólito el grado de eficacia dinámica logrado en este mastodonte que pesa 2.095 kilos –unos 60 menos que su predecesor– y que sin duda alguna es el SUV más radical y deportivo de cuantos se venden en el mercado, dejando de lado excentrici­dades como el Lamborghin­i Urus.

Con 4,92 metros de largo, su carrocería es siete y 13 centímetro­s mayor que las dos generacion­es precedente­s, lo que le permite ofrecer un habitáculo que crece en el espacio dedicado a las piernas de los ocupantes traseros, así como en la zona de carga. De esta forma, consigue cotas adecuadas para cuatro adultos, eso sí sin ser líder entre los SUV premium de gran tamaño.

El Cayenne S marca el punto medio de potencia entre la gama actual, a nuestro parecer la opción razonable salvo que nos 'volvamos locos' con el equipamien­to, pues en ese caso merece la pena decantarno­s por el 'despiadado' Turbo con 550 caballos y una dotación muy completa. Es precisamen­te el del equipamien­to uno de los aspectos 'peliagudos' del Cayennne, pues pese a resultar elogiable las amplias posibilida­des de personaliz­ación que ofrece, con caprichos como el techo forrado en Alcántara que cuesta 1.900 euros, no parece muy acertado que para disponer de elementos como el avisador de cambio de carril, la cámara trasera o el lector de señales haya que pasar por caja.

Universo mecánico

En el aspecto técnico, las configurac­iones disponible­s son tan amplias que es viable modificar en profundida­d su personalid­ad. De hecho, podemos optar por 'armarlo' hasta los dientes, con tren trasero direcciona­l –2.330 euros–, estabiliza­doras activas –3.733 euros–, suspensión neumática –2.430 euros–, reparto vectorial de par –1.670 euros–, discos de carbono –10.200 euros– y algún componente más; sin dejar de lado unas cantidades

que pueden llegar a superar holgadamen­te el precio de un coche compacto bien 'cargado'. Frivolidad o no, nuestra unidad de prueba contaba con casi todo lo imaginable…

Basta arrancar el Cayenne para descubrir un nivel de insonoriza­ción perfecto, y si aún queremos más, disponemos de cristales térmicos y aislantes del ruido que cuestan 1.400 euros. Los primeros metros nos sirven para identifica­r una dirección 100% Porsche, pesada al tacto pero que trasmite con total rigor lo que está ocurriendo. Maniobramo­s con cierta facilidad en ciudad a pesar de su tamaño, ayudados por el tren trasero direcciona­l, que hasta 80 kilómetros/hora gira los LOS ÚLTIMOS AVANCES. La tecnología de 48 voltios le permite incorporar estabiliza­doras activas o modo de impulsión 'a vela' para reducir el consumo cuando circulamos en autopista a velocidade­s elevadas. neumáticos traseros en sentido contrario a los posteriore­s hasta un máximo de tres grados, lo que reduce el diámetro de giro. El resto de tactos de conducción son igualmente firmes, tanto el freno, que requiere de pisadas contundent­es como el acelerador, de recorrido largo y bastante brusco en sus 'acometidas' ayudado por el cambio Tiptronic S de convertido­r de par, con un funcionami­ento en el que prima la deportivid­ad sobre la suavidad.

Desafía las leyes físicas

Sólo hemos recorrido unos kilómetros de autopista cuando nos percatamos de que superamos ampliament­e la velocidad permitida sin darnos ni cuenta. Incluso con el modo Sport activado –aun nos queda el Sport+–, el nivel de aislamient­o del habitáculo es soberbio, tanto por filtrar los ruidos parásitos y los firmes rotos como por dejar notar con claridad en el interior el bufido motor, uno de los signos de identidad Porsche.

No es hasta tramos de montaña cuando descubrimo­s la evolución en el comportami­ento del Cayenne. Esta generación resulta extremadam­ente ágil y eficaz en su rodar, con un tren trasero que gana protagonis­mo, pues en condicione­s normales recibe el 100% de la potencia, y además cuenta con el apoyo de un autoblocan­te

Más largo y ligero que su predecesor, el nuevo Cayenne lo supera en agilidad y comportami­ento

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 ??  ?? MÁS AMPLITUD EN GLOBAL. El estirón de su carrocería le permite ganar en espacio para las piernas y en maletero, con 100 litros más de capacidad frente a su predecesor. Las formas son muy regulares y si disponemos de suspensión neumática podemos variar...
MÁS AMPLITUD EN GLOBAL. El estirón de su carrocería le permite ganar en espacio para las piernas y en maletero, con 100 litros más de capacidad frente a su predecesor. Las formas son muy regulares y si disponemos de suspensión neumática podemos variar...

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