Más allá de la personalización.
Cuando el lujo y los caprichos se convierten en una opción más para configurar tu coche.
La personalización es uno de los argumentos de venta de muchos modelos actuales, incluso de los más económicos, algo que permite al cliente sentir que conduce algo diferente y original. Pero lo cierto es que las grandes marcas de lujo llevan muchos años haciendo realidad los caprichos de sus clientes más adinerados, adaptando o transformando sus modelos de acuerdo con las peticiones de sus compradores. Últimamente, los casos más extremos son los de Rolls-Royce y Ferrari, que han diseñado versiones únicas y especiales siguiendo los gustos de sus clientes, algo que ya parecía olvidado.
Todos los fabricantes cuentan con divisiones especiales dedicadas a estas peticiones, a veces realmente extravagantes y de dudoso gusto, como tapizados en cocodrilo o pinturas florales sobre cueros de la mejor calidad y, otras, de mucha más envergadura, que incluyen transformaciones mecánicas.
Trabajo artesano
En la mayoría de estos departamentos, lo que marca la diferencia es precisamente el detalle artesanal. Marquetería, tapizados especiales, orfebrería, bordados... todo lo que pueda realizarse a mano es un elemento distintivo que añade valor al producto final. Rolls-Royce lleva varios años anunciando la incorporación de nuevos artesanos a su factoría y la creación de una escuela para aprendices de oficios casi olvidados como el trabajo de la madera. Algo similar sucede con Bentley, que ha presentado inserciones para el salpicadero de piedras laminadas y perfectamente pulidas.