Car and Driver (Spain)

Prueba a fondo. Ford Mustang Fastback.

El ponycar por excelencia se actualiza en seguridad y emisiones sin perder su carácter.

- IVÁN MINGO C. COLMENERO

Resulta complicado imaginar un país en el mundo en el que hablar de Messi o de Ronaldo no nos permita romper el hielo de inmediato con nuestro interlocut­or, ya sea un taxista malhumorad­o o un camarero poco aseado, si llevamos este simíl al entorno de la automoción, el Mustang sería el nombre mágico que podría abrirnos puertas o conseguir una cerveza fría y a precio de oriundo. Por encima incluso de su casa matriz Ford, la palabra Mustang se ha convertido en un icono que de uno u otro modo se habrá cruzado alguna vez por nuestras vidas. En 2014 saltaba el charco de forma 'oficial', 50 años después de su nacimiento en los Estados Unidos; medio siglo durante el que ha sido comerciali­zado de forma 'oficiosa' en países como el nuestro, cinco décadas durante las cuales se ha labrado un nombre imborrable.

Y su llegada a Europa tuvo lugar en un momento especialme­nte delicado para él, justo cuando las medidas anticontam­inación y en materia de seguridad hacen muy complicado cumplir con las homologaci­ones a la vez que ofrecer un precio de venta razonable, uno de sus principale­s argumentos. Nadie vende el gramo de espectacul­aridad más barato que este coche, no se me ocurre absolutame­nte ningún otro automóvil que pueda levantar el mismo grado de admiración y de miradas de envidia que el Mustang a este precio. En el caso de esta unidad de acceso al modelo, recienteme­nte actualizad­o, por poco más de lo que costaría un VW Golf GTi equipado o un Renault Mégane RS disponemos de un verdadero aparato de 290 caballos y una capacidad epatante sin par.

Menos potencia, más par

Sí, decimos bien, 290 caballos frente a los 317 de su predecesor, pues el coste de su homologaci­ón han sido esos 27 caballos que nos permiten cumplir con las emisiones legales. Rebaja parcialmen­te mitigada con una mejora de par motor y una nueva caja de cambios de 10 velocidade­s de excelente funcionami­ento, sobre todo cuando la dejamos en modo 100% automático,

➥ pues se muestra algo lenta en ejecutar las indicacion­es que le trasmitimo­s mediante las levas del volante.

Las modificaci­ones exteriores han ido encaminada­s a integrar la nueva mirada de faros Led que estrena, con dos hendiduras en el capó, que hacen las funciones de extractore­s de aire caliente, que le sientan de maravilla. El resto de modificaci­ones llegan de la mano de la nueva paleta de colores, ahora con cinco tonos inéditos, y las 12 llantas disponible­s. En la trasera sólo los más observador­es caerán en que el modelo 'gordo' cuenta ahora con dos salidas dobles de escape. El interior es muy americano, espartano pero correcto y ahora además se permite el lujo de incorporar una pantalla de 12 pulgadas a modo de cuadro de instrument­os que transmite una informació­n muy completa –incluso telemetría– de forma rápida y legible. Opcionalme­nte disponemos de varios paquetes estéticos que enriquecen el acabado con remates en fibra de carbono o ante.

¿Gordo o menos gordo?

Pese a que las dos variantes disponible­s comparten ventas casi al 50%, merece la pena valorar esta opción de acceso, que cuesta 8.000 euros menos que el GT y resulta mucho más razonable en cuanto a potencia que su hermano mayor de 450 caballos, un dato a tener en cuenta si valoramos tanto el consumo como el mantenimie­nto y el tipo de conducción real que realizamos en la actualidad. Más que la previsible diferencia de prestacion­es que hay entre uno y otro, nos ha llamado la atención la diferencia sonora, pues mientras el GT sigue siendo una verdadera tormenta acústica allí donde va, el cuatro cilindros de esta prueba es de lo más discreto, un poco insulso podríamos decir.

Nos basta pisar el asfalto para descubrir muchos otros aspectos en los que el nuevo Mustang sigue fiel a su esencia. No es un deportivo a la europea para pelear por cada décima de segundo en un circuito o en un puerto de montaña, es un deportivo para saborear cada centímetro de asfalto. En autopista su mera presencia ya impo- ne, y basta rozar el acelerador, incluso en esta variante, para que caigan dos o tres marchas del nuevo cambio automático y salgamos propulsado­s en línea recta como si nos hubieran dado un empujón. Sus suspension­es, con amortiguad­ores de recorrido medio y no muy secos en el tarado, son capaces de absorber las irregulari­dades del asfalto, asegurando nuestra comodidad a costa incluso de no pensar mucho en enlazar virajes ni en cambios de apoyo bruscos, circunstan­cia en las que todo, o casi todo, queda en manos de acelerador y el autoblocan­te trasero, que nos ayudan a recobrar la compostura a poco que tengamos algo de pericia al volante.

8.000 euros marcan la diferencia entre el Mustang domesticad­o y el desbocado GT

Precisamen­te el selector de modos de conducción, que afecta a motor cambio y control de estabilida­d, cuenta con una posición Sport que limita la acción del ESP, lo que nos permite 'tantear' sus respuestas y coger soltura, porque no olvidemos que este coche sigue siendo un Mustang, y si en pleno apoyo damos un zapatazo responde como si le damos una patada en el trasero a una mula… con una buena cruzada que contrarres­tamos a base de nervios de acero, acelerador y… volante, pues en este caso la dirección ha evoluciona­do aportando más feeling de conducción y ofrece un tacto más firme al contar con tres grados de dureza.

El apartado de equipamien­to merece capítulo propio, ahora toda la g a ma i n c o r p o r a e l e ment o s c o mo e l Line Lock, que bloquea los neumáticos delanteros a voluntad para quemar g o ma t r a s e r a o e l La u n c h Cont r o l , además de sistemas de seguridad casi obligados como la frenada de emergencia, el asistente precolisió­n, el mantenimie­nto de carril o el control de crucero adaptativo.

Una opción más que apetecible para conservar en nuestro garaje y permitirle envejecer a nuestro lado, sobre todo ahora que la gasolina vuelve a reinar en la república de los combustibl­es fósiles.

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FORD MUSTANG FASTBACK 2.3 ECOBOOST 44.000 €
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