El ‘cazarécord’ desconocido
El inicio de la Segunda Guerra Mundial acabó con muchos proyectos automovilísticos, como el Mercedes-Benz T 80
Afinales de 1930, el piloto de carreras Hans Stuck planeó batir el récord mundial de velocidad absoluta con el Mercedes-Benz T 80. Estaba previsto que alcanzara una velocidad máxima de 650 por hora, con lo que superaría ampliamente el récord existente de 595,04 kilómetros/hora establecido por John Cobb en agosto de 1939. Pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial hizo que los 3.500 caballos del T 80 nunca llegaran a demostrar todo su potencial. Su carrocería estilizada, plana y optimizada para conseguir la máxima aerodinámica hacen que el T 80 luzca casi como una escultura. De hecho mide más de ocho metros de largo y cada una de sus seis ruedas tiene un diámetro de 1,17 metros. El vehículo original ha permanecido todos estos años completamente conservado en la colección Mercedes-Benz Classic. Durante este verano, esta división ha presentado por primera vez el chasis original con todos los componentes, incluido el motor DB 603, lo que proporciona una perfecta visión de la historia técnica de aquellos tiempos. Para poner en perspectiva las dimensiones del vehículo completo, el centro clásico ha montado un bastidor con el chasis reconstruido y una réplica de las ruedas.
La pieza central del chasis del T 80 es el potente grupo motriz con el bloque, embrague centrífugo, ejes y frenos. Por su parte, el puesto de conducción cuenta con volante de cuero, conjunto de pedales, instrumentos y asiento del conductor con la tapicería de tela original. En el propio cockpit está la placa con la inscripción ‘Daimler-Benz Aktiengesellschaft Typ 80’.