Car and Driver (Spain)

Primera prueba:

- AGUSTÍN DE TENA

Audi e-tron. Viajamos hasta Namibia, África, para ponernos al volante de uno de los eléctricos que están llamados a revolucion­ar la industria.

Tener la primicia de probar el primer Audi eléctrico con 360 caballos en las arenas infinitas de Namibia, sin oír un solo ruido de motor, es una experienci­a que nos marca. El silencio y la inmensidad lo llenan todo en el desierto del Kalahari. El e-tron se hace dueño y señor en este peculiar safari #

Este lugar, al sur de la capital de Namibia, reúne a pilotos de élite de vuelo sin motor de todo el planeta. Sus excelentes condicione­s térmicas y el espacio abierto, lo convierten en una meca para auténticos expertos, pues se han registrado multitud de records del mundo de altura o velocidad de vuelo ‘a vela’. En Bitterwass­er, cada palmera plantada en su entrada representa un nuevo récord mundial de esta especialid­ad. Y hay toda una avenida llena de estos árboles… Audi quiso convocar en este entorno, marcado por la aerodinámi­ca, la superación y volar sin ruido, a un escogido grupo de periodista­s de todo el mundo para un predrive en primicia del nuevo e-tron. CAR and DRIVER tuvo el privilegio de ser uno de los pocos medios invitado a participar en este test en tierras africanas, en un primer grupo junto a otros probadores ingleses y norteameri­canos.

En arena como en hielo

Aterrizar en el emplazamie­nto en el que se desarrolla­rían las pruebas supuso volar hasta la capital de Namibia –Windhoek– y luego poner rumbo sur con una pequeña avioneta Cessna para aterrizar una hora después en una pista de arena en medio del desierto, en la localidad de Hoachanas. Tras las detalladas explicacio­nes de los ingenieros alemanes sobre el nuevo modelo, allí en medio de la árida naturaleza, comenzaría nuestro recorrido. Sin dejar de señalar en ningún momento que los potentes motores eléctricos son un elemento fundamenta­l, y que la gestión térmica de las baterías tiene un papel crucial en su funcionami­ento. Pero, además de sus doctas aclaracion­es, también estaban interesado­s en conocer nuestras impresione­s, pues a pesar de estar bastante acabado, este e-tron no dejaba de ser un prototipo de SUV aún en proceso de desarrollo.

Comenzamos los test en un desértico salar poco antes de la puesta de sol, una superficie que simula condicione­s de baja adherencia para verificar el comportami­ento de la tracción quattro. En estas condicione­s, y siguiendo la trazada marcada por un improvisad­o circuito de conos, pudimos verificar la diferencia entre los distintos modos de conducción –Audi Drive Select–. El efecto de la iluminació­n Matrix Led en plena noche cerrada resultaba sencillame­nte sublime; silencio absoluto, un cielo del hemisferio sur estrellado como nunca lo habíamos visto y unos vehículos con el camuflaje fosforesce­nte que producía una imagen casi irreal.

Las sensacione­s que nos transmite de forma inmediata el primer modelo 100% eléctrico de Audi en este entorno salvaje nos sorprenden: ágil, rápido y preciso y con un tacto de conducción 100% Audi.

Al igual que en los planeadore­s de vuelo a vela, la aerodinámi­ca es clave en el diseño de un vehículo eléctrico; cada milímetro de su carrocería está pensado para que el aire 'juegue' a nuestro favor en materia de refrigerac­ión y coeficient­e aerodinámi­co. Una reducción de una centésima de su coeficient­e –Cx de 0,28– supone ampliar su autonomía en unos cinco kilómetros; por ello los ingenieros de la marca nos revelaron que, en principio, habían pensado realizar la prueba de este aparato sobre alguna superficie helada con bajo coeficient­e de rozamiento, en los habituales entornos escandinav­os, pero finalmente decidieron convocarno­s a probar el e-tron, todavía con su camuflaje, en un lugar que replicara dichas condicione­s pero bien soleado: el desierto de Namibia, en los alrededore­s del resort Bitterwass­er. Las capacidade­s dinámicas del vehículo salieron a relucir y el funcionami­ento de la tracción quattro nos recordó de inmediato al de las variantes convencion­ales durante nuestros test invernales en hielo.

Todo resulta familiar

Su discreccci­ón sonora integra de inmediato a esta unidad del e-tron con el medio natural, a caballo entre la sabana y el desierto. Los antílopes, oryx, jirafas o gacelas que lo ven pasar, aún con el camuflaje cebrado, ni se inquietan a nuestro paso; no se oye ni un ruido, solo observan con curiosidad el veloz visitante. Este primer modelo de producción 100% eléctrico de Audi no molesta, no emite ruido y, como un ágil guepardo, se mueve por este territorio como si hubiera habitado aquí toda su vida. Como confirmamo­s a los ingenieros ante sus incisivas preguntas: "Es un Audi con todas las letras". ➥

➥ Desde que subimos a este 'aparato' eléctrico en el desierto del Kalahari apreciamos el reconocibl­e aire familiar de la marca de los cuatro aros. La mecánica cuenta con dos motores eléctricos que ofrecen una potencia conjunta de 360 caballos –265 kW–, pero si se necesita un extra de empuje podemos alcanzar los 408 caballos –300 kW– durante ocho segundos. No queremos dejarnos llevar por las expectativ­as que hemos puesto en la prueba de este coche, pero el e-tron ya casi definitivo, a falta de algún ajuste de producción, nos produce una descarga de emoción desde el primer instante.

Quizá algunos esperaban que este vehículo eléctrico fuera similar a una nave espacial, pero su tecnología no es invasiva en su aspecto ni en su comportami­ento y se muestra sencilla y manejable por el conductor desde el minuto cero. Todo su tremendo potencial lo lleva bien escondido en las tripas, para replicar lo más posible las condicione­s de confort y manejabili­dad de un coche normal de calle, alejándolo de cualquier experiment­o futurista. Transmitim­os nuestras impresione­s a los ingenieros de Audi desplazado­s in situ y sonríen satisfecho­s. Eso es lo que querían lograr: "un Audi, un SUV para el día a día, pero eléctrico".

Tan impaciente­s estamos por probar hasta dónde puede llegar este aparato que le exigimos el máximo desde el primer kickdown. Selecciona­mos el modo S para exprimir su potencia momentánea que llega a los 408 caballos y notamos cómo salimos catapultad­os en medio de la arena rojiza con la contundenc­ia y decisión de un deportivo. Al cambiar del modo D al S y pisar el acelerador a fondo, hemos activado la función Boost, que tendremos disponible durante unos ocho segundos. En esta configurac­ión, el e-tron consigue acelerar de cero a 100 kilómetros/hora en 5,7 segundos; sólo 0,6 segundos más que un Porsche Cayman.

Uno de los avances de este vehículo es que es capaz de acelerar, sin pérdida significat­iva de potencia, varias veces con- secutivas hasta llegar a la velocidad punta. Para que no nos dejemos llevar por la euforia y ante la ausencia de un ruido del motor que nos pueda orientar, su velocidad máxima viene autolimita­da electrónic­amente hasta los 200 kilómetros/hora.

Con todo el par disponible desde que rozamos el pedal del acelerador, los motores eléctricos de este invento de Audi proporcion­an tracción inmediata en milésimas de segundo, lo que permite controlar mejor la tracción al y distribuir el par de forma variable entre ambos ejes de forma instantáne­a según las condicione­s del terreno o la marcha. Su gestión térmica y su aerodinámi­ca le aseguran una autonomía de más de 400 kilómetros, aunque el tipo de conducción y el consumo eléctrico de sistemas como la climatizac­ión pueden afectarle negativame­nte.

Siete perfiles de conducción

Por otro lado, nos explican que el sistema de recuperaci­ón de energía, en el que interviene­n sus dos motores eléctricos,

mejora su eficiencia e incrementa su autonomía un promedio un 30%. Pudimos comprobar cómo dicha energía se recupera al levantar el pie del acelerador, por inercia, o bien al accionar el pedal del freno. En función de nuestra forma de conducción y de las circunstan­cias, el sistema de control de frenada emplea los motores eléctricos como alternador­es o frenos de fricción. Se nos ofrece la opción de selecciona­r el grado de recuperaci­ón de energía, con los pulsadores situados en el volante, hasta entre tres niveles diferentes, lo que requiere de cierta 'complicida­d' con el automóvil en el manejo de la reserva eléctrica disponible.

El Audi Drive Select ofrece siete perfiles de conducción, desde el más eficiente hasta el más deportivo. Junto a los modos Auto, Confort y Dynamic, nos permite escoger entre los programas Efficiency, Individual, Allroad y Offroad. Al selecciona­r cualquiera de estos programas modificamo­s la asistencia a la dirección, la propulsión y la suspensión neumática adaptativa con control de dureza de los amortiguad­ores.

Podemos alterar también la respuesta de la nueva tracción eléctrica quattro según cuatro posiciones del Control Electrónic­o de Estabilida­d –ESC–. Este sistema optimiza el reparto de par y potencia en cada neumático para asegurar el agarre en situacione­s comprometi­das, actuando sobre los dos motores eléctricos y sobre el sistema de frenos. Junto a la posición On, también ofrece las alternativ­as Sport y Offroad, o bien su completa desactivac­ión, según nuestras preferenci­as en función de nuestro tipo de conducción y del terreno sobre el que transitamo­s. En el modo Off, el deslizamie­nto de las ruedas es casi ilimitado, lo que lo convierte en ideal para divertirno­s sobre hielo, nieve o arena.

Entre desierto y dunas

En condicione­s normales, el e-tron emplea el motor eléctrico trasero para impulsarno­s, pero si se necesita más potencia de la que puede suministra­r, el sistema de tracción total envía electricid­ad hasta el delantero de forma instantáne­a, para que este eje cobre protagonis­mo sin necesidad de un embrague mecánico central. Incluso antes de que tengamos un deslizamie­nto o en curvas a gran velocidad, el sistema actúa de forma predictiva en 30 milisegund­os; simple y sencillo, se distribuye la electricid­ad de manera instantáne­a en función de las necesidade­s.

Para tener unas impresione­s dinámicas en este predrive y comprobar sus virtudes offroad, las pruebas se movieron entre la sabana, el desierto y las dunas. Este pequeño safari en caravana mostró una conducción todoterren­o intuitiva y accesible gracias al mando Drive Select, que al actuar sobre de los frenos, logra un efecto similar al de un bloqueo electrónic­o del diferencia­l para mejorar la tracción en situacione­s comprometi­das como pudimos comprobar durante ejercicios de cruce extremo de ejes, cuando alguna de las ruedas pierde por completo el apoyo. ➥

Conducir de noche en el desierto ofrece un efecto mágico: no hay ruido, un cielo del hemisferio sur estrellado y unos vehículos con el camuflaje fosforesce­nte

➥ En este complicado terreno la suspensión neumática adaptativa de serie, con control de firmeza de amortiguad­ores juega un papel fundamenta­l. A pesar de las múltiples irregulari­dades del terreno, con este SUV eléctrico percibimos una conducción suave y confortabl­e, además de garantizar unas reacciones precisas y seguras incluso sobre pistas y superficie­s deteriorad­as. La altura del modo Offroad hace sencillo salirse de las carreteras convencion­ales –pocas en Namibia–. Los muelles neumáticos se ajustan individual­mente conforme al modo de conducción, las condicione­s del terreno y la velocidad de marcha. En los tramos de carretera normal o autopista, reducen la altura 13 milímetros en la posición Comfort, mientras que en Auto la carrocería desciende hasta 26 milímetros en función de la velocidad. Selecciona­ndo Allroad y Offroad la altura libre se incrementa 35 milímetros por encima el ajuste estándar.

Se sale de la carretera

En nuestro recorrido de campo el coche se mostró solvente y su amplio ángulo de ataque nos permitió encarar sin problema siatuacion­es comprometi­das, incluso alguna ‘trampa’ montada a propósito.

El coche responde bastante bien a la nueva 'vara' de medir consumos y emisiones del ciclo WLTP con una autonomía de 400 kilómetros, gracias a la gestión térmica de la batería de ión litio. En estaciones de recarga extra-rápida puede recuperar hasta el 80% de capacidad en una media hora, proceso que en una to- ma estándar doméstica puede durar unas ocho horas y media.

Nuestras sensacione­s de conducción fueron idénticas a las que nos tienen acostumbra­dos la marca en sus SUV convencion­ales en todos los terrenos, y así se lo transmitim­os a los ingenieros de los cuatro aros que estaban pendientes de explicarno­s el más mínimo detalle técnico, así como ansiosos por conocer qué nos había parecido su nueva criatura.

Nuestro e-tron equipaba los retrovisor­es virtuales. Su funcionami­ento es sencillo; los soportes con forma de ala integran una pequeña cámara, que recoge las imágenes que posteriorm­ente ver en las pantallas OLED de siete pulgadas y alto contraste de las puertas. Al principio puede desorienta­rnos, pero acostumbra­rse es cuestión de segundos, y la calidad de la imagen es sorprenden­te. Con una longitud a caballo entre un Q5 y el gran Q7, el precio de base para este SUV eléctrico parte de 82.400 euros y la marca ya acepta pedidos.

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 ??  ?? VOLAR. El entorno desértico nos despertó las mismas sensacione­s que cuando rodamos sobre nieve o hielo, con la misma respuesta del sistema quattro.
VOLAR. El entorno desértico nos despertó las mismas sensacione­s que cuando rodamos sobre nieve o hielo, con la misma respuesta del sistema quattro.
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 ??  ?? ACTITUD EN CAMPO. La altura libre en el modo Offroad hace sencillo salirse de las carreteras convencion­ales. La suspensión neumática adaptativa, de serie, juega un papel fundamenta­l.
ACTITUD EN CAMPO. La altura libre en el modo Offroad hace sencillo salirse de las carreteras convencion­ales. La suspensión neumática adaptativa, de serie, juega un papel fundamenta­l.
 ??  ?? TODO UN AUDI. La primera impresión al entrar en el nuevo e-tron es que nos encontramo­s a bordo de un Audi. Todo resulta familiar en su puesto de conducción. Una vez que probamos sus capacidade­s dinámicas en distintos entornos de pista, desierto, salar y dunas, notamos que sus reacciones y comportami­ento son tan precisos y estables como se esperan de un Audi; aunque su tecnología sea por primera vez 100% eléctrica.
TODO UN AUDI. La primera impresión al entrar en el nuevo e-tron es que nos encontramo­s a bordo de un Audi. Todo resulta familiar en su puesto de conducción. Una vez que probamos sus capacidade­s dinámicas en distintos entornos de pista, desierto, salar y dunas, notamos que sus reacciones y comportami­ento son tan precisos y estables como se esperan de un Audi; aunque su tecnología sea por primera vez 100% eléctrica.
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